martes, 5 de noviembre de 2013

Cristo, nuestro fundamento inconmovible



A pesar de todo, el fundamento de Dios es sólido y se mantiene firme, pues está sellado con esta inscripción: «El Señor conoce a los suyos», y esta otra: «Que se aparte de la maldad todo el que invoca el nombre del Señor». 
2 Timoteo 2:19.


Lectura: 2 Timoteo 2: 14-26.  Versículo del día: 2 Timoteo 2:19.

MEDITACIÓN DIARIA

A medida que vamos andando, nos vamos encontrando con uno o varios tropiezos que no nos dejan continuar seguido.  Puede que paremos y retomemos nuevos aires; lo importante es que el fundamento esté completamente sólido, que no nos vaya a desviar como consecuencia del tropezón que dimos.
Si nos hemos acogido al  cimiento precioso, no nos dejaremos engañar ni extraviar: “¡Yo pongo en Sión una piedra probada!, piedra angular y preciosa para un cimiento firme; el que confíe no andará desorientado” (Isaías 28:16).  Lo importante es tener fija la mirada en Aquel que nos salvó. “porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo” (1 Corintios 3:11).  Después de conocerle, esa Roca se vuelve inconmovible; porque ¿a quién más iremos? ¡Solo tú Señor, tienes palabras de vida eterna! (Juan 6:68)
 Él es el buen Pastor que conoce a cada una de sus ovejas; nosotros le escuchamos y le seguimos (Juan 10:27). Y si en verdad decimos que le seguimos, entonces acatamos su voluntad, nos apartamos del mal y deseamos solo complacerle.  

Amado Señor: La vida nos lleva de un lado para otro y a veces damos tumbos sin sentido para nosotros, pero tu que nos conoces, sabes exactamente hacia donde dirigirnos. Te damos gracias porque solo por tu gracia, no permites que nos desviemos ni a derecha ni a izquierda; y si lo hacemos, estás listo a tendernos tu mano protectora y volvernos a acomodar en tu redil.

Un abrazo y bendiciones.

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