Fuera de ti, desde tiempos antiguos nadie ha escuchado ni percibido, ni ojo alguno ha visto, a un Dios que, como tú, actúe en favor de quienes en él confían.Isaías 64:4.
Lectura: Isaías 64:1-12. Versículo del día: Isaías 64:4.
MEDITACIÓN DIARIA
Nuestro Dios es un Dios misericordioso como no existe otro
igual. Él es el inagotable e incansable que aboga por nosotros; nuestro médico
de cabecera, consejero y amigo inigualable. Y como si fuera poco todo esto, es
nuestro Salvador y Redentor. Jamás está
ocupado; siempre está disponible para escucharnos y bajar su cabeza hacia
nosotros y hacer realidad todo anhelo, deseo, propósito o necesidad.
Su pueblo, el escogido Israel, de la mano de Moisés y Aarón confió
en su poder y vieron proezas en su favor. Ahora nosotros somos los suyos y de
igual modo se nos presenta. Es que inclusive el mundo, los que no creen en Él,
verán su poder y gloria y tendrán que reconocer su mano divina: “La humanidad entera sentirá temor: proclamará
las proezas de Dios y meditará en sus obras” (Salmo 64:10).
Y aún hay muchísimo más para nosotros que tenemos la mente de
Cristo. Si confiamos en el Señor, si
aprendemos a esperar, seremos asombrados. Lo que Dios nos tiene preparado va más
allá de nuestra imaginación. Dios nos lo irá revelando a través de su Santo
Espíritu (1 Corintios 2:10).
Amado Dios: Nadie puede escudriñar tu mente; pero gracias
Señor por tenernos contigo y saber que todavía quedan innumerables prodigios
que nos dejarán maravillados. Gracias
porque será tu Santo Espíritu quien nos los irá dando a conocer, no solamente
para que seamos quienes te exaltemos y honremos, sino también para que los del
mundo vean tu gloria y admiren tu poder.
Un abrazo y bendiciones.
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