domingo, 10 de marzo de 2013

En busca del manantial completo




Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta. 
 Salmo 63:1.


Lectura: Salmo 63:1-11.  Versículo del día: Salmo 63:1.

MEDITACIÓN DIARIA 

A pesar de ser cristianos no faltan los desiertos por los que tenemos que transitar y éstos siempre son áridos, resecos, desolados y fatigantes. En medio del desierto es cuando clamamos al Señor igual que David, ávidos de su misericordia y amor: Señor no puedo más, tengo sed de ti; te anhelo, te busco; recuerdo tu amor y tu gloria que has manifestado en otros tiempos. “Mi alma se aferra a ti;  tu mano derecha me sostiene” (v. 8).  Sí, en el desierto nos toca tomar del agua de la vida; buscar el manantial ansioso: Cristo Jesús de quien brota el agua inagotable para refrescarnos, calmar la sed y continuar hasta llegar a la tierra prometida.
Si siempre tenemos la mirada fija en el Señor, no debe de importarnos los desiertos.  Hay que aprender a cruzarlos y buscar los oasis que nos tiene preparados nuestro Dios, para saciarnos y calmarnos con todo su poder. Te invito a probar de esta agua para que no vuelvas a tener esa sed jamás.

Amado Jesús: Tú eres el agua de vida. Enséñanos a confiar y llegar hacia ti ansiosos de tomarla para sosegarnos y recibir el manantial completo que tienes dispuesto para quienes te amamos. Ven a apagar la sed que consume nuestra alma. 

Un abrazo y bendiciones.

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