Hijo mío —le dijo su padre—, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo.Lucas 15:31.
Lectura: Lucas 15:11-32. Versículo
del día: Lucas 15:31.
MEDITACIÓN DIARIA
Considero que hay algo importante para tener en cuenta: Apropiarnos
de las promesas que el Señor nos da; son más que un regalo suyo, nos pertenecen
por herencia porque somos sus hijos: “En
Cristo también fuimos hechos herederos” (Efesios 1:11). Precisamente la carta
de Efesios va dirigida a nosotros: “a los santos y fieles en Cristo Jesús”
(Efesios 1:1). Un Padre siempre le deja a su hijo lo mejor y éste poco a poco
va tomando sus actitudes y sus costumbres se vuelven incluso tradición.
Nosotros, los que hemos recibido a Cristo, somos hijos de Dios (Juan 1:12). Es muy importante saber que tenemos
privilegios; “Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y
coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte
con él en su gloria” (Romanos 8:17).
Desde este devocional invito a mis
hermanos cristianos a valorar lo que tenemos al entregarle la vida a Cristo
Jesús; a tomar las características que nos marcan, gracias conferidas no
solamente por el Hijo, sino también por el Padre y el Espíritu Santo. A los no creyentes en Cristo, los invito para
que hagan parte de la familia de Dios y reciban a Jesús en su corazón para así
gozar de todos estos beneficios espirituales y materiales.
Amado Padre celestial: Gracias te
damos por tener el privilegio de ser tus hijos. Gracias porque nos brindas todo
lo tuyo, y saber que nos deleitamos contigo recibiendo a diario las ricas
bendiciones que nos das; más, con la seguridad de una vida eterna a tu lado.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario