jueves, 7 de marzo de 2013

Un nuevo amanecer con Cristo Jesús




¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado!  ¡La gloria del Señor brilla sobre ti! 
 Isaías 60:1.


Lectura: Isaías 60:1-22.  Versículo del día: Isaías 60:1.

MEDITACIÓN DIARIA

No hay nada más agradable que despertarnos con un sol resplandeciente que ilumine todo el cuarto.  Dan ganas de levantarnos e inmediatamente disponernos a hacer lo cotidiano.  La luz es agradable porque anima, fortalece, da seguridad y quita el temor.  De igual modo sucede cuando tenemos un nuevo amanecer con Cristo Jesús; Él se convierte en la luz que resplandece en el área espiritual, irradiando sus destellos hacia los otros campos de nuestra vida y llenándonos completamente. Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12); “El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré?” (Salmo 27:1).  Esta es la luz que debemos seguir.
Nuestro Salvador vino a inundarnos con su luz para que también nos levantemos y podamos brillar ante el mundo, llevando ese sol radiante a los que andan en tinieblas. Nos corresponde por lo tanto, demostrar que somos diferentes: “Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo” (Mateo 5:16).

Amado Señor: Permite que como hijos de luz  andemos correctamente llevando claridad en medio de tanta oscuridad.  Hay muchos que están buscando un sendero luminoso y aun no lo encuentran; te pedimos que nos ilumines totalmente y podamos levantarnos cada día con los destellos tuyos para alumbrarles el camino que deben seguir.

Un abrazo y bendiciones.

2 comentarios:

Unknown dijo...

BENDICIONES Y GRACIAS
Le doy gracias al Señor por encontrar este blog comprendo lo que has pasado también tuve este diagnostico en el mes de Agosto y los resultados de la biopsia el 23 de Sep. de este 2015 estoy esperando la operación pero se que estoy sana para la Gloria de Dios.

Dora C. dijo...

Gracias por tu comentario. Dios te bendiga. Y mira, yo te aconsejo que descanses en los brazos del Señor, si es su voluntad puede sanarte o si no, llevarte a su presencia y te digo que debe ser lo máximo. Estaré orando por tu salud. Por favor me vas contando cómo sigues.