Si mi pueblo tan sólo me escuchara, si Israel quisiera andar por mis caminos, ¡cuán pronto sometería yo a sus enemigos, y volvería mi mano contra sus adversarios!Salmo 81:13-14.
Lectura: Salmo 81:8-16. Versículos del día: Salmo 81:13-14.
MEDITACIÓN DIARIA
Tenemos la tendencia a contestar: “bien”, cuando nos
preguntan cómo estamos. Con Dios no podemos
hacer lo mismo. La intimidad con el
Señor implica completa sinceridad. Dice el versículo: “Si mi pueblo tan sólo me
escuchara, si quisiera andar por mis caminos”.
Para escuchar a Dios hay que aprender a hablar con Él, y para hablar con
Él, hay que ante todo, humillarse en su presencia. A Dios no lo podemos engañar porque nadie nos
conoce mejor que nuestro propio Creador.
Es que si no reconocemos ante Dios lo que son nuestras debilidades,
afanes, deseos y propósitos, no podemos tener una relación directa con Él. Dios
quiere que su pueblo se humille, le busque de corazón y siga su camino. Hay respuesta como consecuencia de esta
acción: “¡cuán pronto sometería yo a sus enemigos, y volvería mi mano contra
sus adversarios!”. Veamos: “Si se
humillare mi pueblo… entonces yo oiré desde los cielos” (2 Crónicas 7:14).
Aprendamos a hablar con Dios como con el mejor amigo, porque
lo es. No dejemos pasar un solo día sin
orarle; toda relación necesita diálogo y con el Señor no es la excepción; al
contrario, se hace más necesario hacerlo si de verdad, queremos depender exclusivamente
de Él.
Amado Señor: Enséñanos a escucharte y seguir tu camino como
debe ser, para no encontrar piedras que obstaculicen nuestro andar.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario