jueves, 28 de marzo de 2013

El saber escuchar trae bienestar




Si mi pueblo tan sólo me escuchara, si Israel quisiera andar por mis caminos,  ¡cuán pronto sometería yo a sus enemigos, y volvería mi mano contra sus adversarios! 
Salmo 81:13-14.



Lectura: Salmo 81:8-16. Versículos del día: Salmo 81:13-14.

MEDITACIÓN DIARIA

Tenemos la tendencia a contestar: “bien”, cuando nos preguntan cómo estamos.  Con Dios no podemos hacer lo mismo.  La intimidad con el Señor implica completa sinceridad. Dice el versículo: “Si mi pueblo tan sólo me escuchara, si quisiera andar por mis caminos”.  Para escuchar a Dios hay que aprender a hablar con Él, y para hablar con Él, hay que ante todo, humillarse en su presencia.  A Dios no lo podemos engañar porque nadie nos conoce mejor que nuestro propio Creador.  Es que si no reconocemos ante Dios lo que son nuestras debilidades, afanes, deseos y propósitos, no podemos tener una relación directa con Él. Dios quiere que su pueblo se humille, le busque de corazón y siga su camino.  Hay respuesta como consecuencia de esta acción: “¡cuán pronto sometería yo a sus enemigos, y volvería mi mano contra sus adversarios!”.  Veamos: “Si se humillare mi pueblo… entonces yo oiré desde los cielos” (2 Crónicas 7:14).
Aprendamos a hablar con Dios como con el mejor amigo, porque lo es.  No dejemos pasar un solo día sin orarle; toda relación necesita diálogo y con el Señor no es la excepción; al contrario, se hace más necesario hacerlo si de verdad, queremos depender exclusivamente de Él.

Amado Señor: Enséñanos a escucharte y seguir tu camino como debe ser, para no encontrar piedras que obstaculicen nuestro andar.

Un abrazo y bendiciones.  

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