domingo, 17 de marzo de 2013

No hay otro Dios fuera de Él



No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra.  No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. 
Éxodo 20:4-5.

Lectura: Éxodo 20:1-17.  Versículos del día: Éxodo 20:4-5.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor nos manda a adorarlo exclusivamente a Él.  No es tan difícil y sin embargo poco lo practicamos.  Amar a Dios sobre todas las cosas es entender que no hay nada ni nadie que pueda ocupar su lugar.  Cuando los fariseos le preguntaron a Jesús, cuál era el mandamiento más importante, les contestó: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente.  Éste es el primero y el más importante de los mandamientos” (Mateo 22:37-38).  Esto es que el Señor ocupe el primer lugar en todo cuanto hagamos; Él, es el único que merece nuestra adoración, honra y gloria.
Desde Éxodo cuando Dios instituyó sus mandatos dejó bien claro que era un Dios celoso que no compartía su gloria con nadie y nosotros, somos dados a poner la mirada en las cosas terrenales en vez de voltear los ojos siempre hacia el dador de la vida quien todo lo puede.  Si tenemos al Dios Todopoderoso, al Rey y Señor por excelencia, no tenemos por qué mandarle razones con sus súbditos, como tampoco el poner por encima el trabajo, el cónyuge, los hijos, un deporte,  el auto,  la misma iglesia, el pastor o predicador.  “No te inclines delante de ellos ni los adores”, es el mandamiento claro y expreso.

Amado Dios: Enséñanos a mirarte exclusivamente a Ti y que verdaderamente seas Tú, el único Dios y Señor de nuestras vidas.

Un abrazo y bendiciones.

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