Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme y de comprender que yo soy el Señor, que actúo en la tierra con amor, con derecho y justicia, pues es lo que a mí me agrada —afirma el Señor—.Jeremías 9:24.
Lectura: Jeremías 9:23-26.
Versículo del día: Jeremías 9:24.
MEDITACIÓN DIARIA
Los que no están dentro del cristianismo, no entienden que lo
mejor que le puede suceder a una persona es conocer al Señor Jesucristo. “El
que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues
para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo
espiritualmente” (2 Corintios 2:14). Es que una cosa es saber de Dios y otra
conocerlo a fondo. Tenerlo en la cabeza
es muy diferente a tenerlo en el corazón. A veces se confunde la religiosidad y
la falsa piedad con el verdadero cristianismo; incluso entre los evangélicos se considera que
son más cristianos, si se demuestra fanatismo.
El cristianismo no es eso.
Simplemente Jesús dirige a cada uno a llevar un estado de vida
diferente, donde no caben ni la religiosidad ni el fanatismo. Hay que ser radicales, sí; hay que defender
los principios fundamentales y la mejor manera de hacerlo, es sentando una
posición firme especialmente con nuestro testimonio de vida.
Tenemos que gloriarnos porque el Rey de reyes y Señor de
señores mora en nosotros.
Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias e invocamos tu nombre;
¡todos hablan de tus obras portentosas, y somos la mejor obra tuya! Eres el verdadero
Dios de amor, justicia y derecho. Si Señor, gracias por habernos escogido como
parte de tu redil. El tenerte a ti nos
basta; eres el todo de nuestra existencia terrenal y de la venidera.
Un abrazo y bendiciones.
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