Moisés intentó apaciguar al Señor su Dios, y le suplicó: —Señor, ¿por qué ha de encenderse tu ira contra este pueblo tuyo, que sacaste de Egipto con gran poder y con mano poderosa?Éxodo 32:11.
Lectura: Éxodo 32:1-35.
Versículo del día: Éxodo 32:11.
MEDITACIÓN DIARIA
A lo largo de la historia se muestra la desobediencia y es que
desde la caída en el Edén, la naturaleza pecaminosa está arraigada fuertemente
en el hombre y prima siempre el mal sobre el bien; por eso Pablo recomienda: “No te dejes vencer por el mal; al
contrario, vence el mal con el bien” (Romanos 12:21).
No creamos que fue solo Israel, la Biblia dice que todos
pecamos (Romanos 3:23), y el pecado que habita en nosotros nos lleva a la
rebelión y a buscar otros dioses que no son más que eso: dioses; sin embargo,
nos alejan del verdadero Dios y Señor.
El pueblo de Israel al ver que Moisés no bajaba de hablar con
el Señor, pronto se olvidó de Él, e hicieron un becerro de oro para que
marchara al frente de ellos. Habían
visto la gloria de Dios manifestarse con el gran despliegue al sacarlos de
Egipto y sabían que deberían temerle y obedecerle; fueron impacientes, no
supieron esperar. Dios al ver el pecado cometido quiso destruirlos pero Moisés
se dirigió a Dios como a su Gran amigo y le habló pidiéndole clemencia (vv. 1-13).
A través de esta lección, aprendamos a esperar confiados en
el Señor; dejémosle actuar sin entorpecer el camino. Muchas veces, nosotros somos
los encargados de demorar la bendición
porque nos metemos y queremos ayudar, o porque simplemente como Israel, al no
ver la solución pronta nos lanzamos tras otros dioses. Recordemos que el único
que merece toda nuestra adoración y honor es Dios y no hay otro fuera de Él. Ni
siquiera la bendita virgen María, puede ocupar el lugar de preeminencia de
nuestro Dios y Salvador.
Amado Dios y Señor nuestro: Gracias por ser también el mejor
Amigo nuestro. Por favor no tengas en
cuenta las trasgresiones con las que a diario te ofendemos; perdónanos y
sácanos avante para que tu Nombre sea exaltado y no seamos el hazme reír de los
incrédulos. Gracias por escucharnos.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario