—Aunque todos te abandonen —declaró Pedro—, yo jamás lo haré.Mateo 26:33.
Lectura: Mateo 26:31-35;
69-75. Versículo del día: Mateo 26:33.
MEDITACIÓN DIARIA
Pedro dejándose llevar más por los impulsos que por la fe en el Hijo de Dios, asume una
posición falsa de fortaleza que no tenía aún y le declara al Señor que jamás lo
abandonará. Sin embargo, el Señor lo
contradice: “—Te aseguro —le contestó Jesús— que esta misma noche, antes de que
cante el gallo, me negarás tres veces” (v.34).
Quizá condenemos a
Pedro o lo critiquemos por no haber tenido el carácter suficiente de cumplir lo
que había prometido. Y es que no lo hizo
una sola vez; lo reafirmó incluso diciendo:
“aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré” (v. 35). Como dice la canción: “palabras, tan solo
palabras”. Pedro habló sin saber lo que en realidad estaba diciendo y ni
siquiera pasó un día sin que comprobara que sus intenciones se esfumarían al
igual que sus palabras. Tal como el Señor lo pronosticó: lo negó tres veces
antes de que el gallo cantara.
¿Cuántos hemos actuado al igual que Pedro? Y eso que estamos
viviendo una época relativamente tranquila en el campo de la libertad de
cultos. Si no fuera así, muchos ya
habrían salido corriendo y vociferando: “¡No sé de qué me hablan!”; “¡A ese
Jesús ni lo conozco!”. Sin embargo, para
negar al Señor no necesitamos que haya o no libertad religiosa; simplemente lo
negamos, cuando ni siquiera somos capaces de dar testimonio con nuestra propia
vida; o cuando nos falta entereza para ser radicales en nuestras convicciones y
nos dejamos llevar por la corriente. Meditemos sobre la lectura y no procedamos como lo hizo Pedro en aquella ocasión.
Padre celestial: Son tantas las bondades con las que nos has
premiado, que no queremos darle la gloria a ningún otro sino solo a ti, con denuedo
y coraje. Danos todo el poder de tu Santo Espíritu para ser capaces de
reconocerte en todo lugar y momento, como el Salvador de nuestras vidas.
Un abrazo y bendiciones.
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