viernes, 15 de febrero de 2013

El consuelo de parte de Dios




Como un pastor que cuida su rebaño, recoge los corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho, y guía con cuidado a las recién paridas. 
Isaías 40:11.


Lectura: Isaías 40:1-   . Versículo del día: Isaías 40:11

MEDITACIÓN DIARIA

Este capítulo se Isaías nos habla del consuelo que viene de parte de Dios.  ¿Dudamos de él? Aquí nos dice que el Señor llega con poder y muestra su soberanía y omnipotencia por todo el universo (vv. 12-17).  Por qué murmuras: “Mi camino está escondido del Señor; mi Dios ignora mi derecho” (v. 27). Te pregunto: ¿En serio, crees eso? “¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil.  Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán” (vv. 28-31).
No sé cuál sea tu situación, pero Dios sí la conoce y muy bien. Estas no son palabras mías; son las palabras dichas directamente por el Señor para ti.  Aprópiatelas; para Él no hay nada imposible. El Dios Soberano y Omnipotente, está aquí para tenderte la mano y no dejarte solo; te dará nuevas fuerzas para que prosigas. Te recoge en sus brazos y te acuna sobre su pecho. Solamente créele.
Personalmente tengo que decir como David: “Muchas son, Señor mi Dios,  las maravillas que tú has hecho. No es posible enumerar tus bondades en favor nuestro.  Si quisiera anunciarlas y proclamarlas, serían más de lo que puedo contar” (Salmo 40:5).  Pido que te dejes consolar por el Señor y Él pueda demostrarte también lo inigualable de su amor por ti.

Gracias Dios Todopoderoso, creador de cielos y tierra por ser nuestro Padre celestial y estar pendiente de las dificultades y zozobras con las que a diario nos enfrentamos. Hoy nos levantamos y declaramos que somos más que vencedores en Cristo Jesús.

Un abrazo y bendiciones.

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