domingo, 10 de febrero de 2013

Tradición u obediencia




Y añadió: —¡Qué buena manera tienen ustedes de dejar a un lado los mandamientos de Dios para mantener sus propias tradiciones! 
Marcos 7:9.


Lectura: Marcos 7:1-23. Versículo del día: Marcos 7:9.


MEDITACIÓN DIARIA


No podemos dejarnos arrastrar por la tradición. La tradición se vuelve rutina y por lo general lo rutinario nos aleja de la espontaneidad y de la obediencia principalmente. Es bueno conservar las tradiciones familiares (fiestas de navidad, cumpleaños, aniversarios etc.) y civiles (fiestas patrias, folclóricas); pero con respecto a Dios antes que la tradición debe predominar la obediencia.

El Señor les llama la atención a los escribas y fariseos que por seguir con la tradición, olvidaban lo más importante: el amar a Dios sobre todas las cosas y cumplir sus mandatos: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.  En vano me adoran; sus enseñanzas no son más que reglas humanas. Ustedes han desechado los mandamientos divinos y se aferran a las tradiciones humanas” (vv.6-8).

Considero que es bueno parar cuando percibimos que vamos encaminados hacia las tradiciones y las rutinas, y comenzar de nuevo. Me explico: oramos siguiendo una guía y esto lo volvemos repetitivo, como de costumbre; no le damos cabida al corazón para que fluya abiertamente lo que tenemos adentro y por lo cual pedimos. Lo digo, porque personalmente me ha sucedido y en verdad tengo que dar un nuevo respiro a mis oraciones. Siempre lo he dicho: a quien primero habla el Señor en los devocionales, es a mí. 

Les comparto la inquietud para que mediten sobre cómo se está dirigiendo su vida espiritual; cómo van en su alimento diario y en sus oraciones, y vean si es el momento de empezar de cero.  Simplemente sería como volvernos al primer amor con el Señor.


Amado Señor: Ayúdanos a obrar con la mayor integridad en nuestra relación contigo. No permitas que nos desviemos ni a derecha ni a izquierda, sino que siempre andemos en dirección recta hacia ti sin olvidar que eres el Primero en nuestras vidas y queremos hacer tu voluntad.


Un abrazo y bendiciones.


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