sábado, 2 de febrero de 2013

Yo mantendré mi confianza en ti



Aun cuando un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aun cuando una guerra estalle contra mí, yo mantendré la confianza. 
Salmo 27:3.

Lectura: Salmo 27:1-14.  Versículo principal: Salmo 27:3.

MEDITACIÓN DIARIA

No importa lo que venga; la clave está en poner la mirada fija en el Señor. La vida está hecha de innumerables puntadas y cada una va poco a poco, alistando el dechado para poderlo lucir cuando la obra sea completada.  El corazón de David sabía muy bien en quien había creído, y por lo tanto, lo expresaba con absoluta seguridad: “Porque en el día de la aflicción él me resguardará en su morada; al amparo de su tabernáculo me protegerá, y me pondrá en alto, sobre una roca”.  (v.5).  No hay manera de entender la misericordia y poder de Dios, si antes no hemos estado en desiertos desolados.  Así que las aflicciones llegan; en diferentes tiempos pero llegan. Por esto mismo, la confianza no está basada en lo que tengo, sino en lo que me falta para que su poder se manifieste en mi debilidad y en mis carencias.
¿Qué debemos hacer entonces? “El corazón me dice: ‘¡Busca su rostro!’ Y yo, Señor, tu rostro busco” (v. 8). Esa debe de ser nuestra actitud frente a los problemas. Buscar con más ahínco al Señor porque: “de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes” (v. 13). El Señor, nuestro Dios a quien nos dirigimos, es fiel y sabe en qué momento contestarnos. 
Mi recomendación: “Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!” (v. 14).  No desmayes ni tengas miedo porque el Señor estará contigo donde quiera que vayas, sea por el desierto desolado o por lugares de verdes prados.

Amado Señor: Te ruego que mires con tu bondad a todos cuantos están pasando dificultades de diferente índole. Llénalos de tu paz y permite que vean una nueva luz al otro lado del río. Ponlos en la cima de la roca para que tu Nombre sea exaltado  por aquellos que los conocieron en su tribulación y admiren después, la gloria tuya en sus vidas.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: