Por causa de José, el Señor bendijo la casa del egipcio Potifar a partir del momento en que puso a José a cargo de su casa y de todos sus bienes. La bendición del Señor se extendió sobre todo lo que tenía el egipcio, tanto en la casa como en el campo.Génesis 39:5.
Lectura: Génesis 39:1-23. Versículo del día: Génesis 39:5.
MEDITACIÓN DIARIA
Hay una promesa para nosotros los cristianos que debemos
tomar. Cuando el Señor dijo que seríamos cabeza y no cola; que estaríamos en la
cima y no debajo (Deuteronomio 28:13) es porque lo prometió; dijo que nos
bendeciría y así lo hará (Deuteronomio
15:6). En el caso de José no importó que
fuera vendido por sus hermanos, y resultara en la casa del egipcio Potifar,
quien era funcionario del faraón; “el Señor estaba con José y las cosas le
salían muy bien” (v. 2 en la lectura). Más tarde a pesar de estar en la cárcel
injustamente por causa de la esposa de Potifar, también el Señor lo siguió
acompañando y de igual modo siguió demostrándole su amor. “Como el Señor estaba
con José y hacía prosperar todo lo que él hacía, el guardia de la cárcel no se
preocupaba de nada de lo que dejaba en sus manos” (v. 23).
Tanto José, como Jacob, Isaac o Abraham donde quiera que fueran
eran prosperados y el lugar se llenaba de bendición a causa de ellos. Estas promesas no son solamente para los patriarcas
de la Biblia, también son para nosotros y tenemos que aprender a reclamarlas y
tomarlas. Debemos saber que el sitio o trabajo en el cual nos encontramos será bendecido
porque simplemente estamos allí. Hay una
estela que cubre a aquellos que están alrededor. Somos portadores de bendición por
donde quiera que vayamos.
Amado Dios: Gracias por el respaldo que nos das permitiendo
que, quienes están a nuestro lado sean también partícipes de tu prosperidad.
Un abrazo y bendiciones.
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