miércoles, 20 de febrero de 2013

Más de sus inigualables promesas




Marcharé al frente de ti, y allanaré las montañas; haré pedazos las puertas de bronce y cortaré los cerrojos de hierro. Te daré los tesoros de las tinieblas, y las riquezas guardadas en lugares secretos, para que sepas que yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te llama por tu nombre. 
Isaías 45:2-3.


Lectura: Isaías 45:1-9.  Versículos del día: Isaías 45:2-3.

MEDITACIÓN DIARIA

Sí podemos estar desubicados por muchas cosas: porque hace falta un trabajo o el que hay es muy inestable. Porque hay una enfermedad grave en la familia; por una crisis emocional o espiritual, o por muchas otras cosas que nos quitan el sueño.  Aun así, tenemos al único Dios verdadero, al Grande, Majestuoso y Sublime quien es el dueño absoluto de todo y nada le es imposible realizar.  Una vez más, retumban sus promesas: “Marcharé al frente de ti”; “haré pedazos las puertas de bronce y cortaré los cerrojos de hierro”; “Te daré los tesoros de las tinieblas”; “las riquezas guardadas en lugares secretos”.  En una palabra: Te bendeciré más de lo que imaginas; ¡te asombraré! 
La bendición que llegará a ti, cubrirá a todos los de tu casa. Será una prosperidad avasalladora.  No creas que solo se trata de lo material; serás prosperado en todas las áreas: física, espiritual y material.  Si algo nos deja cualquier crisis afrontada, es precisamente un nuevo renacer espiritual que se extiende a todo el resto de los campos que encierran nuestra vida. El Señor obra de manera integral y sin remiendos.
Promesas del Señor para sus hijos como solo Él sabe proporcionarlas.  Lo único que nos exige es obediencia y tomarlas para sí.  No las dejes pasar.  Son tuyas y el Señor quiere que te las apropies para darte una nueva vida y su Nombre sea enaltecido una vez más.

Amado Dios: Gracias por ser ese Padre tan especial que eres. Gracias por estar pendiente de tus hijos y volver a restablecernos. Confiamos en que vas adelante abriendo puertas y dándonos tus tesoros escondidos y llenarnos a plenitud.  ¡No merecemos tanto amor!  ¡Gracias, buen Dios!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: