Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían.Nahum 1:7.
Lectura diaria: Nahum
1:1-15. Versículo principal: Nahum 1:7.
REFLEXIÓN
La seguridad del creyente no está
basada en que “confío en el Señor cuando todo me sale bien”. Al revés, la confianza verdadera se demuestra
en tiempos de angustia: “No seas para mí un motivo de terror; tú eres mi
refugio en tiempos de calamidad” (Jeremías 17:17). Hay un sinnúmero de versículos donde Dios nos
hace saber que en medio de esas aflicciones Él siempre estará presente, porque
todo, absolutamente todo, está bajo su control.
A veces creemos que el Señor nos
abandonó porque miramos por un lado u otro y no logramos verlo; pasa como la
poesía de “Huellas en la arena”; no lo vemos, porque estamos tan débiles y
cansados que ha resuelto llevarnos en sus brazos: “Hijo mío, te amo y nunca te deje solo. Durante las épocas de amargura
y sufrimiento que viviste, Cuando ves solamente un par de huellas,… No
caminabas solo,… Era yo que te llevaba en mis brazos”. Como
Buen Pastor, da la vida por sus ovejas (Juan 10:14), y si es necesario va hasta
lo más recóndito a buscarla, lavarle las heridas y cargarla. Como parte de su redil nos conoce y aclara
con firmeza lo siguiente: “A pesar de todo, el fundamento de Dios es sólido y
se mantiene firme, pues está sellado con esta inscripción: ‘El Señor conoce a
los suyos’” (2 Timoteo 3:19). A pesar de
todo lo que pueda venir. Por eso, pase
lo que pase; sea el inconveniente que sea; o el que esté en contra de nosotros,
debemos tener la certeza de que el Señor es bueno y está pendiente de
cualquiera que sea la necesidad que estemos afrontando. Él es nuestro refugio seguro, el más alto
escondite, el Dios que nos ama, libera y sana.
Señor Jesús: Gracias por tener la
convicción de tu bondad; la que nos hace saber que todo lo nuestro está bajo tu
control mostrándonos el camino correcto porque tu misericordia y amor son incomparables
y eternos.
Un abrazo y bendiciones.
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