miércoles, 19 de septiembre de 2012

El don del servicio



Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones.   
Proverbios 19:17.


Lectura diaria: Proverbios 19:1-29.  Versículo principal: Proverbios 19:17.

REFLEXIÓN

Después de conocer este versículo, mi oración es que el Señor me disponga a ser diligente siempre que pueda servir.  Conozco tantos casos de personas que tienen ese don, que en verdad, han sido ejemplo para mi vida.  La Biblia también dice: “Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace” (Santiago 4:17).
No digamos que sea solamente al pobre.  Si Dios nos ha dado la capacidad de servicio, pues pongámosla precisamente a favor de Dios ayudándole al necesitado.  Dios no se queda con nada guardado y si es como “un préstamo al Señor”, ¿con cuántos intereses Él no nos lo devolverá?  ¡Personalmente tengo que darle tantas gracias al Señor por todas aquellas personas que de una u otra manera me han tendido la mano en momentos de angustia!  En especial desde aquí, hago un reconocimiento a mi querida cuñada Ginethcita quien sin ningún reparo ya en dos ocasiones ha venido a cuidarme.  También a mi cuñada María Elvira, como a Marcelita y Javiercito.  No podría tampoco dejar por puertas a Gloria, la esposa de mi primo Darío, ni a mi prima Aurita.  La verdad es que son tantos los que han estado a mi lado que mi lista seguiría creciendo.  Yo sé cuánto el Señor ha apreciado este servicio y les aseguro que las bendiciones sobre sus hogares e hijos no se harán esperar.  Dios permita que yo también en alguna ocasión les pueda devolver en algo lo que han hecho por mí; por ahora reciban el reconocimiento tanto mío, como de mi esposo e  hijitos, porque sé cuán agradecidos están ellos con ustedes.
El versículo de hoy creo que va de la mano con Proverbios 3:27-28: “No niegues un favor a quien te lo pida, si en tu mano está el otorgarlo.  Nunca digas a tu prójimo: ‘Vuelve más tarde, te ayudaré mañana’, si hoy tienes con qué ayudarlo”.  Debemos hacer hasta donde más podamos, el querer hacer un favor; ya vimos que es Dios quien se encargará de retribuir estas buenas acciones.  Así que de ahora en adelante, dispongamos nuestro corazón para ser solidarios siempre que se nos requiera.

Amado Señor: Te agradezco por todos las personas que has puesto a mi lado en momentos de angustia y soledad.  Sé que son angelitos que tú has mandado para que me tiendan la mano en mis necesidades.  Oro por ellos Señor y te pido que les devuelvas con creces en todas las áreas de su vida.  También te ruego para que me des el valor de estar siempre dispuesta cuando mi prójimo me necesite.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: