Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones.Proverbios 19:17.
Lectura diaria: Proverbios
19:1-29. Versículo principal: Proverbios
19:17.
REFLEXIÓN
Después de conocer este
versículo, mi oración es que el Señor me disponga a ser diligente siempre que
pueda servir. Conozco tantos casos de
personas que tienen ese don, que en verdad, han sido ejemplo para mi vida. La Biblia también dice: “Así que comete
pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace” (Santiago 4:17).
No digamos que sea solamente al pobre. Si Dios nos ha dado la capacidad
de servicio, pues pongámosla precisamente a favor de Dios ayudándole al
necesitado. Dios no se queda con nada
guardado y si es como “un préstamo al Señor”, ¿con cuántos intereses Él no nos
lo devolverá? ¡Personalmente tengo que
darle tantas gracias al Señor por todas aquellas personas que de una u otra
manera me han tendido la mano en momentos de angustia! En especial desde aquí, hago un
reconocimiento a mi querida cuñada Ginethcita quien sin ningún reparo ya en dos
ocasiones ha venido a cuidarme. También
a mi cuñada María Elvira, como a Marcelita y Javiercito. No podría tampoco dejar por puertas a Gloria,
la esposa de mi primo Darío, ni a mi prima Aurita. La verdad es que son tantos los que han
estado a mi lado que mi lista seguiría creciendo. Yo sé cuánto el Señor ha apreciado este
servicio y les aseguro que las bendiciones sobre sus hogares e hijos no se
harán esperar. Dios permita que yo también
en alguna ocasión les pueda devolver en algo lo que han hecho por mí; por ahora
reciban el reconocimiento tanto mío, como de mi esposo e hijitos, porque sé cuán agradecidos están
ellos con ustedes.
El versículo de hoy creo que va
de la mano con Proverbios 3:27-28: “No niegues un favor a quien te lo pida, si
en tu mano está el otorgarlo. Nunca
digas a tu prójimo: ‘Vuelve más tarde, te ayudaré mañana’, si hoy tienes con
qué ayudarlo”. Debemos hacer hasta donde
más podamos, el querer hacer un favor; ya vimos que es Dios quien se encargará
de retribuir estas buenas acciones. Así
que de ahora en adelante, dispongamos nuestro corazón para ser solidarios
siempre que se nos requiera.
Amado Señor: Te agradezco por
todos las personas que has puesto a mi lado en momentos de angustia y soledad. Sé que son angelitos que tú has mandado para
que me tiendan la mano en mis necesidades.
Oro por ellos Señor y te pido que les devuelvas con creces en todas las
áreas de su vida. También te ruego para
que me des el valor de estar siempre dispuesta cuando mi prójimo me necesite.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario