Vivo en tinieblas, pero el Señor es mi luz.Miqueas 7:8c.
Lectura diaria: Miqueas
7:1-20. Versículo principal: Miqueas
7:8c.
REFLEXIÓN
Cada día se torna más difícil
para el justo vivir en una sociedad corrupta: “¡ya no hay gente honrada en este
mundo! Todos tratan de matar a alguien y
unos a otros se tienden redes. Nadie les
gana en cuanto a hacer lo malo; funcionarios y jueces exigen soborno. El mejor de ellos es más enmarañado que una
zarza; el más recto, más torcido que un espino” (vv. 2b-4).
Lo cierto es que Dios que conoce
todo este mundo de tinieblas, nos llama a nosotros, sus hijos a brillar en
medio de la oscuridad. Dice la señora
Cynthia Culp Allen en uno de los devocionales de mi Biblia que las estrellas
están ahí, arriba; pero las luces de la ciudad no nos dejan verlas porque las
opacan. Las ciudades con sus
distracciones bloquean a Dios y así es.
No solo son sus distracciones nocturnas, hay tinieblas infortunadamente
en todos los estamentos. Ya no existe
valor alguno por la vida y se mata por matar; se roba con arma punzante o con
cuello blanco. Se viola, se infama, y
por dinero no importa hundir a quien sea y como sea. Simplemente, vivimos en un mundo lleno de
oscuridad. Pero por misericordia de Dios
y su gracia, ya somos parte de otro reino: el de luz; entonces: “Hagan brillar
su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes
y alaben al Padre que está en el cielo” (Mateo 5:16).
Dios, que sigue esperando a que
el pecador se enmiende, está listo con su amor y misericordia a llamar al arrepentimiento
y como ora Miqueas al terminar su Libro, así también es mi clamor: “Vuelve a
compadecerte de nosotros. Pon tu píe
sobre nuestras maldades y arroja al fondo del mar todos nuestros pecados” (v.
19 en la lectura).
Amado Señor: Permite que nuestra
luz por tenue que sea, alcance para llevar un poco de calor y resplandor a
tantos necesitados de ti.
Un abrazo y bendiciones.
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