Uno de los ancianos me dijo: ‘¡Deja de llorar, que ya el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido! Él si puede abrir el rollo y sus siete sellos’.Apocalipsis 5:5.
Lectura diaria: Apocalipsis
5:1-14. Versículo principal: Apocalipsis
5:5.
REFLEXIÓN
Juan lloraba mucho porque en su
revelación, no se hallaba alguien digno de romper los sellos y de abrir el
rollo. Él no había entendido aun que ese
fue el sacrificio que vino a ofrecer el Señor Jesucristo y entonces uno de los
ancianos tiene que calmarlo y hacerle ver que el Cordero ya había sido sacrificado precisamente con ese fin y le entonaban un
cántico nuevo, adorándole así: “Digno eres de recibir el rollo escrito y de
romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para
Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación” (v. 9).
Así es; todo el que se acerca a
Jesucristo y le acepta como ese Cordero inmolado, que vino a pagar el precio de
todos nuestros pecados, está aceptando que fue comprado no con dinero ni bienes
materiales sino con la propia sangre del Señor.
Cuando estemos en el cielo también iremos a cantar con todas nuestras
fuerzas, rindiéndole la pleitesía que merece: “¡Digno es el Cordero, que ha
sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza
y la honra, la gloria y la alabanza!” (v. 12).
Lo importante es entender que la
sangre del Señor Jesús, fue derramada no para unos pocos, sino para toda la
humanidad. Con ella compró a “gente de
toda raza, lengua, pueblo y nación”. Esa
sangre está disponible para todo el que quiera aceptar la obra redentora de
Cristo en la cruz. Por eso es nuestro
deber compartir este misterio tan grande pero a la vez tan arrollador de amor,
para que sean muchos más los que puedan decir: ¡Tú eres el Gran vencedor; el
León de la tribu de Judá, la raíz de David que te inmolaste por mí!
Amado Señor Jesús: Gracias porque
cada día entendemos mejor lo que hiciste por nosotros cuando te entregaste como
un cordero inocente para reconciliarnos con Dios Padre. Enséñanos a valorar este sacrificio de tal
modo que nuestras acciones no te defrauden nunca.
Un abrazo y bendiciones.
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