martes, 11 de septiembre de 2012

Enamórate del Señor





Porque el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso.  Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos como en los días de fiesta.  
 Sofonías 3:17.


Lectura diaria: Sofonías 3:14-20.  Versículo principal: Sofonías 3:17.

REFLEXIÓN

Definitivamente es más fácil hacer las cosas con amor que sin tener ese aliciente.  Por amor se renuncia a muchas cosas, incluso vemos como ya en las dinastías donde impera la riqueza, la fama y el prestigio de una corona, cuando existe amor de verdad nada de esto importa.  El amor verdadero hacia el Señor, nos hace ver sus mandatos como lo más natural y posibles de cumplir.  Estar cerca de nuestro amado Señor es poder comprobar que fue su inmenso amor el que nos cautivó primero; que día a día sus bondades se van renovando y que Él también se alegra y goza cuando ve que sus hijos actúan como debe ser.
Dios nos ama y ese mismo amor nos exhorta a retribuirle de la misma manera.  Si hemos caído, Él mismo se encarga de restituirnos y devolvernos la sonrisa: “Yo te libraré de las tristezas que son para ti una carga deshonrosa” (v. 18), y si hemos recibido atropellos e injurias: “En aquel tiempo yo mismo me ocuparé de todos los que te oprimen” (v. 19a); es Él quien nos atrae nuevamente sanando las heridas y levantándonos como desde un principio nos anunció; estando siempre por cabeza y no por cola: “salvaré a la oveja que cojea y juntaré a la descarriada.  Les daré a ustedes fama y renombre en los países donde fueron avergonzados” (v. 19b).   Su restitución es total.
Si hemos olvidado ese primer amor, volvamos a buscarlo para permitirle que sus brazos amorosos retornen a infundirnos aliento, consuelo y consentimiento.

Amado Señor: ¡Cómo olvidar tu gran amor!  ¡Cómo olvidar que siempre has estado a mi lado cuidándome y mimándome como a la niña de tus ojos! No Señor, no puedo olvidar todo lo que has hecho por mí.  Sólo te pido, que no permitas jamás que los deleites y afanes de este  mundo me separen de ti.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: