¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios.Miqueas 6:8.
Lectura diaria: Miqueas
6:3-8. Versículo principal: Miqueas 6:8.
REFLEXIÓN
Tal vez, hemos pasado muchas
veces por encima de este versículo y no lo sabemos de memoria, ¿pero en la
práctica, si funciona? A veces creemos
que estamos cumpliendo a cabalidad los mandatos de Dios, cuando no es así.
Veamos: “amar la misericordia”;
aparentemente podemos decir “claro, yo soy misericordioso(a) y si vamos al
grano cuánto cuesta amar de verdad al hermano.
Y si eso es al hermano, cuánto más difícil es amar al que nos ha
agredido u ofendido en cualquier campo.
El perdón es misericordioso y la Biblia enseña que incluso: “Si tu
enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su
conducta” (Romanos 12:20). Pero no; nos
dejamos llevar por el orgullo, la ira, el menosprecio y se nos olvida
completamente lo expuesto por Dios en el Antiguo Testamento y ratificado por el
Señor Jesús en su ministerio: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39).
La parábola de las ovejas y las
cabras es muy explícita: “Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con
todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones se reunirán delante de él,
y él separará a unos de otros, como separa el pastor las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha, y las cabras a
su izquierda. Entonces dirá el Rey a los
que estén a su derecha: “Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido;
reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del
mundo. Porque tuve hambre, y ustedes me
dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron
alojamiento; necesité ropa, y me
vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me
visitaron.” Y le contestarán los justos:
“Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de
beber? ¿Cuándo te vimos como forastero y
te dimos alojamiento, o necesitado de ropa y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te
visitamos?” El Rey les responderá: “Les
aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más
pequeño, lo hicieron por mí.” »Luego dirá a los que estén a su izquierda:
“Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus
ángeles. Porque tuve hambre, y ustedes
no me dieron nada de comer; tuve sed, y no me dieron nada de beber; fui forastero, y no me dieron alojamiento;
necesité ropa, y no me vistieron; estuve enfermo y en la cárcel, y no me
atendieron.” Ellos también le
contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, o como forastero,
o necesitado de ropa, o enfermo, o en la cárcel, y no te ayudamos?” Él les responderá: “Les aseguro que todo lo
que no hicieron por el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron por
mí.” »Aquéllos irán al castigo eterno, y los justos
a la vida eterna” (Mateo 25:31-46).
El amor al prójimo no es porque
sí. Es una orden y hay que
cumplirla. Reflexiona y piensa en qué
lado de la baranda estás.
Amado Señor: Enséñanos a amar a nuestro
prójimo siendo verdaderamente misericordiosos con ellos como es tu deseo.
Un abrazo y bendiciones.
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