jueves, 20 de septiembre de 2012

Justicia y misericordia en lugar de ayuno



Así dice el Señor Todopoderoso: Juzguen con verdadera justicia; muestren amor y compasión los unos por los otros.  
 Zacarías 7:9.


Lectura diaria: Zacarías 7:4-10.  Versículo principal: Zacarías 7:9.

REFLEXIÓN

A lo largo de toda la Biblia vemos cómo insiste Dios por la justicia y la misericordia.  Sin embargo, cada día se practican menos y como todo lo demás, hasta se compra la justicia.  Juzgar con verdadera justicia es lo que no se hace.  A Dios no le importan los golpes de pecho y ni siquiera los ayunos programados, mientras que en el corazón solo existe el deseo de hacer lo malo.  El Señor pregunta respecto al ayuno: “¿realmente ayunaban por mí?” (v. 5c).  Recordemos que Él conoce los corazones y sabe lo que existe en cada uno.  Podemos engañar a los nuestros, incluso a los líderes y pastores demostrando una actitud falsa de piedad, pero a Dios, nadie lo engaña.
En Isaías nos habla algo parecido: “El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura?  ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dejar de lado a tus semejantes?” (Isaías 58:6-7).
Si vemos también qué es lo que pide y espera Dios de nosotros, ¿no es acaso hacer justicia y misericordia? (Miqueas 6:8).  ¿Por qué es tan difícil ser justos y misericordiosos?  Personalmente creo que porque Satanás, el padre de la mentira, el ladrón y burlador en lo que menos interesado está, es en que se proclame justicia y se practique la misericordia.  Pero nosotros los creyentes, conocemos las Escrituras y decimos que amamos a Dios, entonces seamos generadores de cambio empezando a practicar lo que Dios desea que realicemos.

Amado Señor: Enséñanos a actuar justa y equitativamente en cualquier área que nos desempeñemos.  También necesitamos aprender misericordia porque en realidad este es el testimonio que nos identifica como verdaderos cristianos.  Instrúyenos con tu Palabra para ejercitarnos en hacer tu voluntad.

Un abrazo y bendiciones.

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