miércoles, 19 de mayo de 2010

Los tropiezos del camino

El Señor abrió los ojos de Balán, y éste pudo ver al ángel del Señor en el camino y empuñando la espada.

Números 22:31.

Lectura diaria: Números 22:21-35. Versículo del día: Números 22:31.

ENSEÑANZA

La enseñanza que nos deja este pasaje es bastante. ¿Cuántas veces actuamos tercamente como Balán sin ver lo que el Señor quiere mostrarnos? Muchísimas, diría yo. Testarudamente queremos seguir por el camino y a pesar de los tropiezos y obstáculos puestos por mano de Dios, no entendemos lo que pasa y seguimos adelante, golpeándonos más fuertemente. “El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del Señor” (Pr.19:21). Y Dios quien de antemano sabe que si no nos quita del sendero por el cual vamos, llegaremos como dice el Proverbio a terminar en camino de muerte (Pr. 14:12), está ahí, listo a no dejarnos hundir y terminar en el fango. Quizá en estos momentos, usted está indeciso(a) sobre algún negocio que pareciera muy fructífero pero del cual no ha logrado avanzar porque las trabas han sido muchas, o tal vez en el campo sentimental ha creído encontrar a la pareja perfecta pero esa relación sin embargo le ha dejado sin sabores y no le encuentra una salida; está en una balanza donde quiere pero no quiere. Le sugiero que haga un alto en su caminar y le pida al Espíritu Santo, le demuestre con claridad hacer su santa voluntad y no la suya. No continúe adelante como Balán porque muy seguramente ese no es el propósito de Dios con su vida. En casos adversarios vale más preguntarnos “¿Para qué Señor?” Y no “¿por qué Señor?” Pídale a Dios que si es necesario ocurra algo sobrenatural en su vida como en el caso de la burra que habló, para que tenga la certeza de no continuar por el camino incorrecto. Sus caminos son tan profundos e inescrutables que con los ojos humanos no podemos verlos, pero Él sí sabe cuáles son los mejores. “¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos! ¡A él sea la gloria por siempre! Amén” (Ro.11:33 y 36b). Sus caminos muchas veces no logramos entenderlos, pero entran a formar parte de su perfecta voluntad. Pidámosle que nos permita abrir los ojos para ver a su ángel y lograr descifrarlos.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: