sábado, 29 de mayo de 2010

Fuerte amonestación por inmoralidad

¿No se dan cuenta que un poco de levadura hace fermentar toda la masa?
1ª. Corintios 5:6.


Lectura diaria: 1ª. Corintios 5:1-13. Versículo del día: 1ª. Corintios 5:6.

ENSEÑANZA

El apóstol Pablo hace una amonestación bien fuerte a los hermanos de Corinto quienes aceptan sin ningún reparo la inmoralidad sexual. “Desháganse de la vieja levadura para que sean masa nueva, panes sin levadura, como lo son en realidad. Porque Cristo, nuestro Cordero pascual, ya ha sido sacrificado” (v. 7). Si se acepta en una congregación pecados inmorales en una sola persona, se va a permitir que toda la congregación haga lo mismo, exactamente como dice el dicho que todos conocemos: “una naranja dañada, daña todas las demás”. A veces juzgamos y hablamos contra pastores y líderes porque toman medidas muy severas frente a estos casos, pero si somos objetivos no lo hacen porque sí, sino porque es un mandato dejado aquí en las Escrituras. La exhortación de Pablo contempla al pueblo cristiano; notemos que es muy claro en afirmar que no lo es para el mundo, pues en éste encontraremos inmorales, avaros, idólatras, calumniadores, borrachos y estafadores, pero como lo dice, en tal caso tendríamos que salirnos del mundo y no, pues allí es donde tenemos que llevar el mensaje perdonador y redentor de Cristo. Pero si estos casos se dan dentro de la iglesia, sí se deben tomar medidas. Termina el apóstol con estas palabras: “¿No son ustedes los que deben juzgar a los de adentro? Dios juzgará a los de afuera. Expulsen al malvado de entre ustedes” (v. 12b-13). Estos son temas muy espinosos, pero ante situaciones como éstas debemos seguir exactamente lo que dice su Palabra. Ahora, pienso yo, si vemos que un hermano está pecando deliberadamente, debemos amonestarlo personalmente y que pida perdón al Señor. Sin embargo, si persiste en su pecado y no se aleja de él, se deben tomar cartas en el asunto porque entre otras cosas está negando el sacrificio del Señor por él; por lo visto para él no vale nada y una persona así no le va a ser bien a la comunidad, por el contrario, la lleva a la destrucción. Tenemos que ser misericordiosos sin dejar a un lado el mismo amor que enseña el corregir y ser consecuentes con Dios y su Palabra: Dios ama al pecador, pero no resiste el pecado.

Un abrazo y bendiciones.

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