sábado, 22 de mayo de 2010

Esforcémonos en promover la mutua edificación

Reciban al que es débil en la fe, pero no para entrar en discusiones.


Romanos 14:1.


Lectura diaria: Romanos 14:1-23. Versículo del día: Romanos 14:1.

ENSEÑANZA

El apóstol Pablo nos deja en este capítulo una enseñanza de tolerancia mutua entre los mismos hermanos cristianos. Es importante tenerlas en cuenta puesto que conllevan a la mutua edificación. Así, si vemos que un hermano de otra Iglesia e incluso de la nuestra no cree conveniente por sus convicciones comer ciertos alimentos, no debemos menospreciarlo sino entenderlo. Otros piensan que deben guardar un día de reposo diferente al nuestro. Estos son los ejemplos que nos describe Pablo, pero si vamos a la actualidad, pensemos en aquellos que critican a las mujeres, bien sea porque tienen el pelo largo o lo llevan corto; porque se maquillan o porque no lo hacen. Se critica a los jóvenes por su cabellera o por su indumentaria, o porque usan un arete. Todas estas cosas alejan en vez de unir. “¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro?” (v. 4). Nos dice Pablo algo que deberíamos tener siempre presente cuando queramos sacar el dedo acusador: “Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más bien, propónganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano” (v. 13). El reino de Dios, como lo dice el apóstol no es de comidas o bebidas; no es de apegarnos a lo superfluo, es de convicciones firmes con un corazón limpio ante el Señor. El reino de Dios es de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo (v. 17). “Por lo tanto, esforcémonos en promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación” (v. 19). Entendamos al débil en la fe, no creyéndonos los “sabelotodo” y juzgando a priori, porque más nos demoramos en criticar y juzgar que en caer en lo mismo.

Un abrazo y bendiciones.

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