miércoles, 12 de mayo de 2010

El poder de Dios obrando en la promesa

Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido.

Romanos 4:20-21.

Lectura diaria: Romanos 4:16-25. Versículo del día: Romanos 4:21.

ENSEÑANZA

Hace unos seis años más o menos la esposa de un pastor de mi iglesia, me dio este versículo, haciéndome ver lo importante que era actuar como lo hizo Abraham. En esa ocasión yo le decía a esta señora que hacia un tiempo el Señor me había dicho con respecto a nuestras finanzas lo siguiente: “Mía es la plata, y mío es el oro –afirma el Señor Todopoderoso–. El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera –dice el Señor Todopoderoso–. Y en este lugar concederé la “paz”, afirma el Señor Todopoderoso” (Hag. 2:8-9). Ahora que han pasado los años y que si bien es cierto estamos saliendo económicamente adelante, aún no veo esa libertad financiera prometida, la cual en verdad nos roba la paz. Desafortunadamente, con frecuencia, permitimos que en nuestros hogares se mezcle lo monetario con lo familiar y Satanás que es tan sutil, sigue haciendo de las suyas, no sólo despojándonos de lo que nos pertenece sino también de la armonía familiar; como quien dice hace moñona. Dios tiene una manera peculiar de hablarles a sus hijos; hoy precisamente me vuelvo a encontrar con el versículo recomendado y de verdad es grato saber que como en el caso de Abraham, Dios tiene poder para cumplir lo que ha prometido. No hay que temer, porque dentro de muy poco, el Señor Todopoderoso, hará que las riquezas de otros lleguen aquí, y así llenará de esplendor esta casa (Hag. 2:6-7). La clave está en seguir adelante como Abraham, firme y sin vacilar. Leo esto y a la vez lo recopilo con lo profetizado para mí, hace unos 20 días por una mujer de Dios, en un grupo de oración al cual asistí: “Yo te devolveré todo lo que la larva y la langosta te han robado; lo que la polilla y el orín han carcomido; todo lo que el devorador te ha arrebatado”. Quizá cuando estamos en momentos apremiantes queremos ayudarle al Señor o adelantar los tiempos; pero como en el caso de Abraham, Dios empezará a actuar solamente cuando lo imposible aparezca, para que a nadie le quede la menor duda deque fue su infinito poder obrando en nuestras vidas. Lo dice y lo afirma “el Señor Todopoderoso”. Esta frase la repite una y otra vez en la promesa, además nos concederá paz. Gracias Señor porque tu poder obra con certeza en tus promesas y éstas son: “Sí y Amén”.

Un abrazo y bendiciones.

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