domingo, 9 de mayo de 2010

El legado de madre

¡Pero tengan cuidado! Presten atención y no olviden las cosas que han visto sus ojos, ni las aparten de su corazón mientras vivan. Cuénteselas a sus hijos y a sus nietos.

Deuteronomio 4:9.

Lectura diaria: Deuteronomio 4:3-9. Versículo del día: Deuteronomio 4:9.

ENSEÑANZA

Madre significa amor, ternura, comprensión, abnegación, disciplina, enseñanza, perdón, reconciliación. Considero que la madre posee muchos de los atributos de Dios. Es como una especie de mujer embajadora de Él, aquí en la tierra. ¿Por qué? Porque de ella depende mucho lo que puedan ser sus hijos. Su corazón acoge amor puro y desinteresado por ellos. Está presta a solucionar pleitos y apaciguar iras y contiendas entre hermanos. Su dedicación la lleva a darlo todo sin recibir nada a cambio. Sus hijos siempre están en la mira cuando eleva sus plegarias a Dios. Muchísimas otras cosas puede aportar una madre pero para mí una de las más importantes es ser la maestra ejemplar con sus retoños. En ella cae todo el peso de su instrucción y temor a Dios que los lleve por sendas correctas en la vida y les arraigue valores que los sustenten y respalden en momentos de apremio. El gran legado para dejarles no es siquiera una buena educación, aunque si es de mucha importancia; pero por encima de esto, se encuentra el siguiente mandato: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes” (Dt. 6:5-7). El amor de madre desde la infancia puede cimentar las bases para levantar verdaderos hombres reverentes de Dios y útiles a la sociedad. En su primera etapa de la vida es cuando aprendemos mejor las instrucciones y estas lecciones jamás se olvidarán; por eso dice el sabio predicador lo siguiente: “Instruye al niño en el camino correcto, y aún en la vejez no lo abandonará” (Pr. 22:6). Madres: construyamos con amor una nueva sociedad, inculcándoles a nuestros hijos los verdaderos valores que prevalecerán en sus vidas. No descuidemos esta obligación porque somos las más dignas portadoras del título de embajadoras en la comisión de llevar el mensaje del Señor.

Para todas: madres de un vientre natural o de un corazón entrañable, mis oraciones por ustedes, hoy se elevan hacia Dios.

¡FELIZ DÍA DE LA MADRE!

Un abrazo y bendiciones.

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