viernes, 4 de diciembre de 2009

Alcanzando la plenitud

La senda de los justos se asemeja a los primeros albores de la aurora: su esplendor va en aumento hasta que el día alcanza su plenitud.

Proverbios 4:18.

Lectura diaria: Proverbios 4:1-27. Versículo del día: Proverbios 4:18.

ENSEÑANZA

Cuando llegamos a los píes del Señor, nos encontramos caídos, abatidos y sin fuerza para continuar; pero el Señor nos inunda con sus rayos luminosos y empezamos a caminar quizá de tumbo en tumbo, sin entender exactamente la dirección adecuada. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo el panorama se va despejando y vamos comprendiendo la grandeza de Dios. Comprendemos ante todo su misericordia por habernos rescatado del pecado; vivíamos en esclavitud y ni siquiera lo habíamos percibido. Poco a poco con el poder de Dios fluyendo en nosotros a través de su Santo Espíritu, el camino se va limpiando. Es obligación nuestra hacerlo. A diario tenemos que ir allanando esa senda para que todo lo que antes era basura pueda ser desechado y le de paso a la nueva vida en Cristo Jesús, haciendo que florezca y brille esplendorosamente, hasta que logremos alcanzar su plenitud. La plenitud que solamente Dios sabe entregar a sus hijos. La plenitud del gozo, la paz, el amor, la concordia, el perdón y la reconciliación; virtudes que nos darán satisfacciones no sólo terrenales sino también celestiales. Busquemos día a día ese amanecer con el Señor, confiados en que a medida que el sol va corriendo, Él nos va guiando y la grandiosidad de su amor va lanzando destellos fulgurantes que iluminan nuestro andar y llegan incluso hasta los incrédulos como testimonio de luz que somos ante el mundo. Entonces, en ese momento, hemos logrado abarcar la plenitud; dando y compartiendo con los demás, los regalos de nuestro Dios. ¡Deja que tu luz brille sobre la oscuridad de un mundo caído!

Un abrazo y bendiciones.

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