Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. ¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio.
Apocalipsis 2:4-5. NVI.
Lectura: Apocalipsis
2:1-6. Versículos del día: Apocalipsis
2:4-5.
MEDITACIÓN DIARIA
Escuchando la canción ‘La
niña de tus ojos’ de Daniel Calveti y en el estribillo que repite: ‘Te amo más
que a mi vida, más’, reflexioné y me dije muy sinceramente dentro de mi
corazón: -Señor: ¿si te amo más que a mi vida? O solamente lo digo por decirlo.
Inmediatamente recordé lo que fue ese ‘primer amor’ con el Señor siendo yo
jovencita, donde no me eximía de hablar sobre Él fuera donde fuera. Compartía a
diestra y siniestra, incluso yendo en el autobús a mi trabajo, me paraba al
frente y sin temor ni pena alguna empezaba a dar el mensaje de las Buenas
Nuevas. Entonces, recordando esos tiempos, el Espíritu Santo me dijo: ‘has
olvidado tu primer amor’. Y sí; me pregunto ¿por qué con el paso de los años,
no volvemos a tener ese ímpetu de antaño, si el Señor es el mismo ayer, hoy,
mañana y siempre? Somos nosotros los que vamos cambiando. Al comienzo no
andamos con titubeos ni penas; nos lanzamos al ruedo, tal como lo hace un niño:
habla y actúa con la mayor naturalidad. Entendí entonces, lo que es hacernos
como niños (Mateo 18:3). Y dice también la lectura: “vuelve a practicar las
obras que hacías al principio” (v. 5). Un reto.
Algo impactante: este
devocional lo comencé ayer en la mañana antes de levantarme, porque lo de la
canción fue el sábado. No fuimos a la reunión de la Iglesia puesto que mi
esposo ha estado algo indispuesto. Entonces, escuchamos la predicación online y
cuando Estefy empezó a cantar: ‘La niña de tus ojos’, me dije: -Señor me estás
confirmando lo de ayer-. Para sorpresa mía, el pastor comenzó la predicación
con un preámbulo donde hizo alusión a la misma parte de la canción que el Señor
también me había mostrado: ‘te amo más que a mi vida, más’; y dijo algo
parecido; lo diré parafraseando: -que si éramos conscientes de lo que decíamos
al cantarlo-. ¡Woau! Exactamente lo mismo que me ocurrió a mí. Creo que
definitivamente el Señor tiene su manera de hablarnos y hablarnos muy claramente.
Para mí, esto es asombroso.
Amado Señor:
Gracias porque es tu Santo Espíritu guiándonos a toda verdad y con su amor
característico nos exhorta para que volvamos a ese primer amor que vivimos
Contigo. Señor, dame el denuedo para compartir sin temor alguno. Deseo ser como
lo es un niño y hablar las Buenas Nuevas de tu Evangelio. Los tiempos son
difíciles y la gente está cada día más alejada de Ti. Enséñame a llevar tu mensaje
de salvación por donde quiera que vaya para que muchos te conozcan y se refugien
en tus brazos. Quiero repetir sin pensar a equivocarme que ‘te amo más que a mi
vida’. ¡Mi vida es Tuya Señor!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario