Cuando Jesús los oyó, se detuvo y los llamó: —¿Qué quieren que haga por ustedes? —Señor—dijeron—, ¡queremos ver! Jesús se compadeció de ellos y les tocó los ojos. ¡Al instante pudieron ver! Luego lo siguieron.
Mateo 20:32-34. NTV.
Lectura: Mateo 20:29-34. Versículos del día: Mateo 20:32-34.
MEDITACIÓN DIARIA
Saliendo Jesús de Jericó
en medio de la multitud que lo seguía, había dos ciegos que al saber que el
Señor pasaba por ahí, le gritaron para que los sanara y el Señor lo hizo. Esto
es lo bonito de estar con el Señor Jesús; de ir de su mano porque sabemos que Él
actúa en cualquier necesidad si es su voluntad. Cuando pedimos algo y no sucede
no hay que desanimarnos, el Señor sabe por qué no nos conviene o quiere darnos
una enseñanza. Pero volviendo a los ciegos, muchas veces nos encontramos con
ciegos pero espirituales, por ellos debemos pedir y orar porque considero que
la ceguera espiritual es peor que la física. El Señor lo dijo hablando de las
manos o los pies: “Por lo tanto, si tu mano o tu pie te hace pecar, córtatelo y
tíralo. Es preferible entrar en la vida eterna con una sola mano o un solo pie
que ser arrojado al fuego eterno con las dos manos y los dos pies” (Mateo 18:8
NTV). O sea, es preferible entrar al reino de los cielos, ciego físicamente, pero
no espiritualmente.
Señor Jesús:
gracias por tu Palabra que es verdad y nos guía siempre para vivir como es tu
deseo. Gracias porque en cada pasaje que leemos, tu Santo Espíritu nos revela
nuevas cosas en las que fallamos o detectamos y nos das la solución para
combatirlas y seguir de tu mano. Oramos Señor por tantas personas que no te
conocen y están en situaciones difíciles. Permite que lleguemos a ellas con el
mensaje de las Buenas Nuevas de salvación. Somos tus instrumentos y queremos
dar luz a los ciegos espirituales. Gracias, muchas gracias buen Señor por
utilizarnos en tu obra.
Un abrazo y bendiciones.
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