Dios se manifiesta para alcanzar a los perdidos

 

Cuando Jesús oyó esto, dijo: Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que es para la gloria de Dios, para que por ella el Hijo de Dios sea glorificado. 

Juan 11:4. NVI.

Lectura: Juan 11:1-16.  Versículo del día: Juan 11:4.

MEDITACIÓN DIARIA

La lectura se refiere al pasaje donde se le avisa al Señor sobre la enfermedad de Lázaro, hermano de Marta y de María.  El Señor ya sabía que Lázaro iba a resucitar y les dice a sus discípulos: “Nuestro amigo Lázaro duerme, pero voy a despertarlo”; ellos pensaban que se trataba de un sueño común y corriente; “Por eso les dijo claramente: —Lázaro ha muerto, y por causa de ustedes me alegro de no haber estado allí, para que crean. Pero vamos a verlo” (vs. 14-15).

No es fácil creer en los milagros; yo doy fe de que existen y que el Señor todavía está haciendo maravillas en estos tiempos para que el corazón del hombre se humille ante Él y lo reconozca como Señor y Salvador. Cuando oramos por una persona y vemos que pasan los días sin obtener respuesta, nos vamos desanimando, pero el Señor sabe exactamente el tiempo que le corresponde a cada uno y su espera está basada en su misma misericordia y perdón. “En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido; quiere que todos se arrepientan” (2 Pedro 3:9 NTV). Puede suceder que muchos ante una tragedia en salud u otra circunstancia, decidan entregar su vida a Jesús y ocurra el milagro que esperaban. El Señor sabe cómo llegar al corazón de las personas. A veces se necesita de un milagro para creer, tal como se lo dijo a sus discípulos. Aunque también le respondió a Tomás: “dichosos los que no han visto y sin embargo creen” (Juan 20:29b). En ti está el creerle o no creerle.

Señor Jesús: gracias porque Tú sigues siendo el mismo Dios inmutable. Eres compasivo, misericordioso, bondadoso y no dejas de esperar por el arrepentimiento del hombre caído. Espíritu de Dios muévete y manifiéstate ante la humanidad que está tan alejada de Ti. Permite que seamos portavoces del mensaje de salvación. Te damos gracias por todos los que van a llegar a tus pies a través nuestro. ¡Somos tus instrumentos bendito Señor! ¡Utilízanos en tu obra! Gracias, muchas gracias Dios Misericordioso.

Un abrazo y bendiciones.