¡Alabado sea el Señor! ¡Den gracias al Señor, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre. Salmo 106:1. NTV.
Lectura: Salmo 106:1-5. Versículo
del día: Salmo 106:1.
MEDITACIÓN DIARIA
No dejemos de dar gracias
al Señor. Siempre en toda ocasión, su deseo es que seamos agradecidos con Él.
Dice el siguiente versículo: “¿Quién podrá enumerar los gloriosos milagros del
Señor? ¿Quién podrá alabarlo lo suficiente?”. Yo creo que en verdad nos
quedamos cortos en alabarlo y darle gracias. Quizá, la misma vida diaria nos
envuelve y no tomamos nota de detalles que por más insignificantes que parezcan
son grandiosos. Un ejemplo: cuando nos sentimos saludables o estables en el
área financiera no nos percatamos de lo contrario, entonces, lo damos por hecho
y si vemos más al fondo estar completamente sanos es una gran bendición. Tener un
trabajo o devengar una pensión es otra gran bendición. No hay que dejar que los
acontecimientos nos despierten para alabar al Señor y agradecerle tanto bien
recibido. Definitivamente cuando no se tiene una salud completa o sale a
relucir un problema es que nos damos cuenta, cuánto vale estar sanos. Y así nos
sucede en todas las áreas que vivimos a diario. Por otro lado, el Señor demanda
que siempre, sea lo que sea demos gracias. Recordemos el trio que debemos mantener
a diario: “Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda
situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús” (1
Tesalonicenses 5:16-18). No lo olvidemos: alegría, oración y gratitud siempre
para el Señor.
Señor Jesús:
muchas gracias por recordarnos que Contigo lo tenemos todo. Gracias por estar
pendiente de cada en las diferentes áreas del diario vivir. Perdona que seamos
tan olvidadizos que ni siquiera nos demos cuenta que por tu bendito amor al
despertarnos podemos ver nuevamente el sol, caminar, degustar los alimentos,
admirar tu creación, oler el verdor de la hierba mojada por el rocío que envías
sobre ellas y muchos detalles más. Todo esto es solamente bondad tuya para con
nosotros. Señor, gracias por la salud; por la alegría de vivir. Nuestras vidas
están en tus manos y Contigo somos más que victoriosos. ¡Aleluya! ¡Toda la
gloria es para Ti! Gracias, infinitas gracias buen Dios y Señor.
Un abrazo y bendiciones.
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