jueves, 29 de septiembre de 2022

¡Cuánto te amo Señor. fuerza mía!

¡Cuánto te amo, Señor, fuerza mía! El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite! 

Salmo 18:1-2. NVI.


Lectura: Salmo 18:1-6.  Versículos del día: Salmo 18:1-2.


MEDITACIÓN DIARIA


Ayer cuando ya era casi hora de que el huracán Ian tocara tierra en Florida, estaba muy nerviosa y solo me atrevía a mirar por las ventanas los árboles meciéndose de un lado a otro y a ver la lluvia que caía copiosa pero no seguido. Entre todo esto y escuchando boletines de última hora, mi corazón iba latiendo más fuerte en cada nuevo acontecer. Entonces, hice un pare y fue como si el mismo Señor me dijera: ¿qué te pasa? ¿Crees en mí? Recapacité y busqué refugio en la Palabra de Dios. Resolví empezar a escribir mi devocional de hoy.

“Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían” (Nahum 1:7 NVI). Juan Manuel nuestro hijo nos había pedido oración por el levantamiento de unas lozas de una obra de ingeniería que está realizando en Medellín; así lo hicimos y no hacía mucho nos daba las gracias por las oraciones porque gracias a Dios las pudieron izar. Entonces, me remonté al Salmo 18 para agradecerle al Señor por él y a la vez por la tormenta de estos lados. Sí; me di cuenta que solamente hallo descanso cuando acudo con corazón humilde y sensible a escuchar a mi Dios. Él definitivamente es mi refugio, mi roca, mi amparo, mi libertador, el peñasco en que me refugio, mi escudo, el poder que me salva y mi más alto escondite. Lo es TODO.


¡Cuánto te amo Señor, fuerza mía! Eres Tú el Único capaz de poner paz en mi alma. Gracias porque sin Ti, no podría vivir. Bien sabes cuán débil soy, pero Tú Eres mi sostén. Mi Señor con todo mi corazón, humildemente te pido mires con benevolencia a los Condados de Florida por donde está pasando este huracán. Gracias porque Tú Eres Poderoso y Misericordioso. Te doy gracias cualquiera que sea la situación, Tú Eres Soberano buen Dios. Nos sometemos a tus designios y pedimos perdón por esta tierra que se ha olvidado de tu Nombre. ¡Bendito Eres buen Señor y Dios! ¡Cuánto te amo!


Un abrazo y bendiciones.


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