Pero Jesús le preguntó: —Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del hombre?
Lucas 22:48. NVI.
Lectura: Lucas
22:47-53. Versículo del día: Lucas
22:48.
MEDITACIÓN DIARIA
La lectura se basa en el
arresto de Jesús, cuando Judas Iscariote lo entregó. Judas, uno de los doce
discípulos del Señor Jesús. Él lo había acompañado en sus largas travesías,
había visto los milagros que efectuó, igual había escuchado directamente el
mensaje de la salvación. En resumen: sabía muy bien quien era en verdad Jesús
de Nazaret. ¿Entonces por qué lo traicionó? Es muy triste estar en los zapatos
de aquel hombre. Quizá se le abrieron los ojos cuando los sacerdotes del templo
le ofrecieron dinero con tal de apresar al Mesías.
Te has puesto a pensar,
si a ti, ¿te ha sucedido algo parecido? El Espíritu Santo me ha mostrado que
también podemos traicionarlo. Hemos conocido al Señor; visto milagros y señales
alrededor; nuestra misma vida da testimonio de ello y, sin embargo, llega un
día en que quizá por temor, por vergüenza, por no ser el hazme reír, igual lo
negamos o traicionamos. Da miedo hablar y decir que somos cristianos; que creemos
firmemente en Él. Y aunque el Señor ya nos perdonó queda un sinsabor dentro de
uno; queda el dolor, la tristeza, el arrepentimiento, el porqué no hablé.
Señor Jesús:
perdona las veces que no hemos sido leales Contigo. Perdona las inseguridades,
la baja autoestima, el apego a esta vida y todo lo que nos aleja de Ti para
hablar y demostrar que Eres el Rey de reyes, Señor de Señores y el Único y
Suficiente Salvador. Señor, nos has dado tanto de Ti y nosotros, somos débiles
y temerosos para anunciar las Buenas Nuevas de tu salvación. Enséñanos a no
depender del mundo sino estrictamente de Ti. Danos el denuedo para compartir a
tiempo y a destiempo, máxime ahora que vemos la necesidad espiritual del hombre
en general. Recibimos tu perdón y te damos gracias por tu gran amor y bondad.
¡Eres Grande y Misericordioso Gran Dios y Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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