Hermanos, no queremos que ignoren lo que va a pasar con los que ya han muerto, para que no se entristezcan como esos otros que no tienen esperanza.
1Tesalonicenses 4:13. NVI.
Lectura: 1Tesalonicenses
4:13-18. Versículo del día: 1
Tesalonicenses 4:13.
MEDITACIÓN DIARIA
Gracias a Dios, nosotros
no es que no sintamos, claro que sentimos y hondamente la muerte de un ser querido.
Pero tenemos una bendita esperanza y es la de reencontrarnos con los nuestros cuando
bien sea que el Señor nos llame o cuando se cumpla el tiempo de la venida del
Señor. Otras versiones inclusive no dicen ‘que ya han muerto’ sino ‘acerca de
los que duermen’ porque el Señor Jesús venció a la muerte con su propia
resurrección. Y como nos lo afirma el versículo siguiente: “¿Acaso no creemos
que Jesús murió y resucitó? Así también Dios resucitará con Jesús a los que han
muerto en unión con él” (v. 14). Sí lo creemos categóricamente. El Señor
resucitó; de lo contrario sería vana nuestra fe. Por tanto, esa misma fe es la
que nos sostiene y alimenta mientras nos reencontramos con los que se nos
adelantaron.
Cuando pasamos por la
muerte física vamos derecho a la presencia del Señor. Él se lo dijo al ladrón
que se arrepintió: “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso —le
contestó Jesús” (Lucas 23:43); Pablo lo expresó así: “Me siento presionado por
dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor”
(Filipenses 1:23); “Por eso están ahora delante del trono de Dios, y día y
noche le sirven en su templo. Dios estará con ellos, y los protegerá” (Apocalipsis
7:15 TLA). Tenemos una esperanza mayor que nos reconforta.
Señor Jesús:
gracias porque tenemos la bendita esperanza de encontrarnos con nuestros seres
queridos que partieron Contigo. Sí duele Señor, pero sabemos que ellos están en
un lugar que no alcanzamos a imaginar, gozando de tu paz y amor directamente en
tu Presencia. Allí no hay tristeza ni dolor alguno. Enséñanos a ver estas
partidas con el gozo de saber que están mucho mejor al lado Tuyo, que aquí sufriendo
por los problemas que aquejan a diario. ¡Te adoramos buen Señor y Dios nuestro!
Un abrazo y bendiciones.
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