lunes, 1 de noviembre de 2021

Seamos maduros para amar también a los que se equivocan


No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará. 

Lucas 6:37. NVI.


Lectura: Lucas 6:27-38. Versículo del día: Lucas 6:37.


MEDITACIÓN DIARIA


Somos muy dados a juzgar y a lanzar juicios a priori. Tal vez, porque nos falta discernimiento y prudencia virtudes tan necesarias en una persona y mucho más en un cristiano. El mismo Señor Jesús en el Evangelio de Lucas nos está diciendo que no juzguemos. Más adelante Pablo a través de su Carta, también nos lo afirma: “Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas” (Romanos 2:1). Nunca sabemos los motivos que indujeron a una persona a actuar de diferente manera a la que hubiésemos querido nosotros. Aparte de juzgarlos también podemos caer en el error de guardarles resentimiento. Si en realidad nos ofendió, nos corresponde perdonar. Eso nos lo está diciendo el Señor y nos lo vive repicando vez tras vez, incluso cuando nos enseñó la oración del Padre Nuestro.

Es que hasta a nuestros enemigos debemos perdonar y amar. ¿Fácil? Seguro no lo es; pero yo me pregunto si eso lo manda el Señor con los enemigos, mucho más tengámoslo en cuenta con algún miembro familiar o de amistad que talvez, en un momento dado se equivocó o no le pasó por su imaginación que la otra persona se iba a sentir ofendida por hacer o no hacer esto o aquello. No seamos rencillosos, seamos maduros también para amar a nuestro prójimo. Orémosle al Señor y depositemos en Él todas nuestras cargas.


Señor Jesús: venimos ante Ti, primero que todo a entregarte nuestro dolor y a decirte que no permitas que nuestro corazón guarde semillas de resentimiento por A o por B situaciones presentadas en el diario caminar porque estas pueden crecer y echar raíces de amargura. Enséñanos Señor a no condenar a nadie puesto que, sin darnos cuenta, al juzgarlos nos estamos condenando a nosotros mismos, ya que cometemos los mismos actos que estamos juzgando. Llénanos del amor Tuyo para ofrecerlo en estos casos y más bien pon en nuestros corazones el perdonar cualquier ofensa que nos haya causado ese dolor. Gracias buen Señor por tener en tu Palabra las palabras exactas y exhortarnos a demostrar en todo momento el amor que nos dejaste como ejemplo a seguir. ¡Te amamos y te adoramos!


Un abrazo y bendiciones.

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