martes, 9 de noviembre de 2021

Mientras no exista amor todo es una falsa piedad

¡Hemos ayunado delante de ti!—dicen ellos—. ¿Por qué no te impresionamos? Hemos sido muy severos con nosotros mismos, y ni siquiera te das cuenta. ¡Les diré por qué!—les contesto—.  Es porque ayunan para complacerse a sí mismos. Aun mientras ayunan, oprimen a sus trabajadores. 

Isaías 58:3. NTV.


Lectura: Isaías 58:1-14.  Versículo del día: Isaías 58:3.


MEDITACIÓN DIARIA


Esto es lo que el Señor les dice a los de su pueblo Israel en cuanto al ayuno. Y creo que ahora, a nosotros, su Iglesia le diría exactamente. ¿Cuántas veces se ayuna y se ora solamente por impresionar a los demás? Pero a Dios que lo ve todo y conoce los corazones no podemos engañar. ¿Sucede igual? ¡Claro! Sólo lo hacemos por complacernos; por demostrar una falsa piedad porque no hemos aprendido que para el Señor los sacrificios no valen. Importa, ante todo, el amor que ofrezcamos. Si tenemos amor no hay razón para maltratar al trabajador ni humillarlo. Quizá también consideramos, que tenemos todo el derecho de cuestionar al Señor con una serie de porqués, cuando el Señor es absolutamente Soberano y sus designios son irrefutables. Prosigue el Señor: “¿De qué les sirve ayunar, si siguen con sus peleas y riñas? Con esta clase de ayuno, nunca lograrán nada conmigo” (v. 4). No, no es esto lo que agrada al Señor.

Más bien, nos dice la lectura, que el ayuno que Él quiere es poner en libertad a los encarcelados injustamente; aliviar las cargas del trabajador; dejar en libertad a los oprimidos y soltar las cadenas que atan a la gente; compartir la comida, el refugio y el vestido con los que no tienen. Y si algo me impacta de esto, es entender que muchos están atados por las mismas imposiciones nuestras que no tienen razón de ser. Reflexionemos y pidámosle perdón al Señor por estas actitudes que para nada son de su agrado. Si no hay amor, todo se convierte en una falsa piedad.


Señor Jesús: a veces criticamos y sacamos el dedo acusador sin darnos cuenta que somos iguales o peores de quienes criticamos. Bendito Señor, perdona nuestra indolencia, nuestra falta de amor y nuestra falsa piedad. Enséñanos a verte a Ti en cualquier situación y no permitas que nos despotriquemos a hablar y señalar al que cae. Queremos ser íntegros en todas las áreas de nuestra vida y por encima de circunstancia alguna, demostrar el mismo amor y misericordia con la que a diario nos tratas a nosotros. Gracias, gracias Señor por demostrarnos que solamente valemos porque Tú nos levantaste. ¡Te amamos Dios y Señor nuestro!


Un abrazo y bendiciones.

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