Y después del fuego vino un suave murmullo.
1 Reyes 19:12. NVI.
Lectura: 1 Reyes
19:1-14. Versículo del día; 1 Reyes 19:12.
MEDITACIÓN DIARIA
El profeta Elías huye
porque Jezabel quería matarlo. Caminó todo un día por el desierto y se sentó
bajo la sombra de un arbusto con ganas de morirse. Allí se le apareció el ángel
del Señor con pan y agua para que comiera y bebiera porque tenía un largo viaje
que atravesar hasta el Monte de Horeb. Se dirigió hacia allí y paso la noche en
una cueva. El Señor se le aparece y le pregunta: “—¿Qué haces aquí, Elías? —Me
consume mi amor[c] por ti, Señor Dios Todopoderoso —respondió él—” (vv. 9b-10).
El Señor manda a Elías a presentarse delante de Él en la montaña. Elías fue a
la montaña y un viento tan violento azotó la montaña que las rocas se aflojaron,
pero el Señor no estaba ahí. Después hubo un terremoto y más tarde un incendio
y en ninguno de estos, estaba el Señor. Vino un suave murmullo. Cuando Elías lo
oyó, se cubrió la cara con su manto, salió y se paró a la entrada de la cueva
(vv. 11-13). El Señor volvió a preguntarle: “—¿Qué haces aquí, Elías?” y él le
responde nuevamente: “—Me consume mi amor por ti, Señor Dios Todopoderoso” (vv.
13 y 14). Ahí fue cuando el Señor le habló y se manifestó.
Ha pasado otro día y
quiero seguir a solas Contigo. No quiero interrupciones, solo quiero
encontrarme en la dulce calma de tu Presencia y entregarte toda mi vida. Quiero
buscar una silla para Ti y sentarme Contigo; y si después salgo a caminar, verte
delante de mi andar y al caer la tarde divisarte en el horizonte bajo los arreboles
del ocaso que despiden la jornada. El Señor espera para hablarnos en medio de la
quietud; en el susurro de una brisa apacible. Delicadamente, como solamente Él
sabe hacerlo. Señor, ¡Solo quiero estar Contigo!
Mi Señor: no sé si
al encontrarme Contigo tan a solas, la vida me parece un sueño o si más bien
ese sueño se hace realidad. Mis pensamientos me confunden, quizá como le pasó a
Elías, pero sé Señor que ahí estás para despejar toda duda que me asalte y para
brindarme la paz que necesito. Gracias, muchas gracias bendito Señor porque
buscas tu forma de manifestarte y venir hacia mí, para demostrarme no solamente tu amor, sino tu Grandeza
y Majestad. ¡Te amo mi Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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