lunes, 29 de noviembre de 2021

Aun así, yo me regocijaré en el Señor

Aunque la higuera no florezca, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; aun así, yo me regocijaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador! 

Habacuc 3:17-18. NVI.


Lectura: Habacuc 3:1-19.  Versículos del día: Habacuc 3:17-18.


MEDITACIÓN DIARIA


El sábado en la mañana estaba contemplando el amanecer desde la ventana de mi alcoba y al ver esos arreboles tan hermosos cruzando el firmamento me preguntaba sobre la grandeza y majestad de nuestro Dios. Vino entonces, a mi mente el hecho de no haber llegado mis hijitos y muñecos de Colombia, y en aquel momento recordé el pasaje de Habacuc y sobre este quise hacer mi devocional de hoy.

Sí; no es fácil alegrarse cuando las cosas no nos salen bien. La muerte de mi hermano fue un duro golpe para mí. Pero salir la cita en la Embajada de Colombia en Bogotá para los papeles de Luquitas mi nieto, fue un gran aliciente en esos momentos, en que también me encontraba en la capital. Así que fui menguando mi dolor con la esperanza de tener a todos mis hijitos aquí y celebrar juntos las festividades de fin de año empezando por el hermoso día de Acción de gracias. Orábamos porque todo saliera bien y no hubiera inconveniente alguno en su llegada. La sorpresa fue en el mismo aeropuerto de Colombia donde no les permitieron seguir por tener vencida la entrada como residentes. ¡No lo podía creer! Hablé con el Señor diciéndole cosas como ¿por qué dejaste que me ilusionara si esto no iba a resultar? Y como mi intención desde hace ocho días era dedicarle toda la semana a alabarlo, exaltarlo y darle gracias, exactamente sentí la voz del Señor diciéndome: entonces por esto, ¿ya no me alabarás? ¿Ya no soy digno de tu agradecimiento? Aun llorando le respondí que me sometía, puesto que Él es Soberano y sabe exactamente por donde llevarnos.

Ahora entiendo por qué el Señor puso en mi corazón el sábado la oración de Habacuc. Porque, aunque todo falte; aunque no vea el sol resplandecer y todo se convierta en oscuridad, mi ser no puede dejar de alabar al Señor mi Dios. El mismo Señor reforzó lo que por un momento me detuvo y casi roba mi alabanza hacia Él.


Mi buen Señor y Dios: te doy gracias porque nadie mejor para conocerme que Tú. Te doy gracias porque tienes una manera tan dulce de hablarme y hacerme caer en cuenta de mis errores. Eres en verdad, el Dios que me ama y me levanta. Te honro y te doy toda la gloria a Ti porque solamente Tú Eres digno de recibirla. Y también digo que, aun así, yo me regocijaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador! ¡Te amo mi Señor!


Un abrazo y bendiciones.

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