miércoles, 15 de septiembre de 2021

Su sombra protectora nos envuelve por completo

Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? 

Salmo 121:1. RVR 1960.


Lectura: Salmo 121:1-8.  Versículo del día: Salmo 121:1.


MEDITACIÓN DIARIA


Este es de los primeros Salmos que aprendí en mi vida cristiana. Es hermoso y bueno, use la versión Reina Valera porque es en la que me gusta repetirlo. Miremos algo de su rico contenido:

Es una realidad; en Colombia remontaba mi mirada hacia las montañas. Aquí en la Florida (USA), lo he hecho mirando el horizonte hacia los bellos atardeceres desde el balcón de nuestro apartamento o cuando estoy en la playa hacia el mar. Y sí; he hablado con mi Señor muchas veces contándole mis cuitas, deseos, tristezas, alegrías. Estoy segura que a Él le interesa todo lo mío. Por eso dice que mi socorro viene del Señor que hizo los cielos y la tierra (v. 2). También dice que jamás duerme ni se adormece el que me cuida (vv. 3-4). El Señor me cuida de tal forma que se convierte en mi sombra protectora; no permite que en el día el sol me haga daño alguno y si voy en la noche, de igual manera lo hará bajo la luz de la luna; el Señor protegerá m vida de todo mal porque guarda mi salida como mi regreso, desde ahora y para siempre (vv. 5-8).

Cuando el Señor está a nuestro lado, el nos cubre por completo. Busquemos un sitio al aire libre, y bien preguntémonos: ¿en quién podemos en verdad confiar? ¿Quién es el Único que está dispuesto a hacerlo sin parar un solo instante? Lógico que tú puedes poner tu confianza en quien te parezca; pero tengo que decirte que Dios no te defraudará. Él es singular, exclusivo, magnífico y no se cansa de estar vigilando por ti. Una gran verdad, Dios y su Palabra son confiables. Unámonos fuertemente al Señor para sentir su protección tal como nos lo enseña el Salmista.


Amado Señor: gracias por estar siempre ahí, velando por nosotros y librándonos de caer en manos del enemigo. Cada día son más los peligros que nos acechan, pero Tú como sombra protectora, nos resguardas, nos envuelves y nos cubres para no permitir que se nos haga daño. Gracias Señor porque he visto tu protección en infinidad de situaciones en mi vida. ¡Te agradezco tanto que hayas puesto tus ojos en mí! Cuando me acerco por las tardes, por las noches o mañanas a preguntarte tantas cosas, siempre te he encontrado dispuesto a tenderme tus brazos e inclusive a arrullarme en ellos para que no me sienta sola. ¡Te amo mi Señor!


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: