Todas las promesas que ha hecho Dios son ‘sí’ en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos ‘amén’ para la gloria de Dios.
2 Corintios 1:20. NVI.
Lectura: 2 Corintios 1:18-22. Versículos del día: 2 Corintios 1:10
MEDITACIÓN DIARIA
Me voy a centrar únicamente
en el énfasis de que Dios cumple lo que promete. Nosotros como humanos somos los
que no cumplimos, por eso es mejor no pronunciarle a Dios vanas palabras: “No
te apresures, ni con la boca ni con la mente, a proferir ante Dios palabra
alguna; él está en el cielo y tú estás en la tierra. Mide, pues, tus palabras”;
“Cuando hagas un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque a Dios no le
agradan los necios. Cumple tus votos: Vale más no hacer votos que hacerlos y no
cumplirlos” (Eclesiastés 5:2 y 4-5). Muy diferente a Dios que sí cumple lo que
promete. Si el Señor promete algo, simplemente hay que creerle, porque bien nos
afirma también la Palabra de Dios lo siguiente: “Dios no es un simple mortal para
mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo
que dice?” (Números 23:19). Dios no fue ‘sí’ y ‘no’; en él siempre ha sido sí” (v.
19 en la lectura). “Él siempre ha sido sí”; que esto no se nos olvide.
Si el Señor te regaló
alguna promesa espérala con gozo. Si es una promesa a través de una visión, de
un sueño, no dudes: “Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha
hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar,
espérala; porque sin falta vendrá” (Habacuc 2:3). Yo sigo esperando la promesa
que el Señor me dio hace unos años en Hageo 2:6-9 y confieso, creo y proclamo
que se realizará en el tiempo señalado; que marcha hacia su cumplimiento, y no
dejará de cumplirse. La espero porque sin falta vendrá. ¡Gloria a Dios!
Amado Señor mío y
Dios mío: te doy gracias porque sé en quien he creído. Eres el Dios
Todopoderoso, Sabio, Misericordioso, Bondadoso y Omnipotente. Gracias porque Tú
no Eres como nosotros que fallamos al hablar. Tú cumples lo que prometes a los
tuyos porque tus Palabras son fieles y verdaderas. Gracias Señor; esperamos
gozosos tus benditas promesas.
Un abrazo y bendiciones.
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