sábado, 18 de septiembre de 2021

Nuestra alegría debe ser el reflejo del corazón

Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. 

Filipenses 4:4-5. NVI.


Lectura: Filipenses 4:1-7.  Versículos del día: Filipenses 4:4-5.


MEDITACIÓN DIARIA


Contrario a lo que muchos piensan (aun los cristianos), el Señor no nos llamó a tener caras largas, de preocupación o de tristeza. Si somos cristianos es porque tenemos al Señor Jesús en nuestras vidas. Entonces, ¡lo tenemos todo! Perdón, propósito, paz, vida eterna. ¡Hay que vivir con alegría la vida cristiana! El apóstol Pablo nos lo vuelve a repetir, insiste en ello: regocíjense, gócense, alégrense; como lo quieras decir, lo importante es que entiendas que tu vida cristiana vale mucho y por lo tanto hay que vivirla con alegría. “Para el triste, todos los días son malos; para el que anda feliz, todos los días son alegres” (Proverbios 15:15 TLA). Considero que la alegría tiene que ver mucho con el contentamiento. Si aprendemos a valorar lo que tenemos sea poco o mucho; a estar igual, bien sea en las buenas como en las malas, entonces, vamos a tener una cara amable, gozosa. Además, la amabilidad como la educación no pelean con nadie. No por tener algún problema, desfogarnos con el primero que se nos atraviese; no, de ninguna manera. Si proyectamos alegría vamos a llevar también alegría a los demás y eso también es amar al prójimo.  

Es hora de cambiar nuestro proceder. Que nuestro semblante demuestre que vive en nosotros el Rey de reyes, el Señor de señores. Además, recordemos que el corazón alegre hermosea el rostro (Proverbios 15:13 VRV 1960).


Señor Jesús: al estudiar tu Palabra, nos damos cuenta que todavía fallamos hasta en lo que creemos no debe tener importancia. Pero sí. Solamente por el hecho de estar en tu Palabra y de modo imperativo es porque deseas que lo hagamos. Señor, enséñanos a estar siempre alegres; que nada impida que el gozo de tu salvación nos baje los ánimos. Gracias, gracias por enseñarnos a vivir y experimentar el gozo Tuyo. ¡Te amamos Señor!


Un abrazo y bendiciones.

 

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