Ante ti, Señor, están todos mis deseos; no te son un secreto mis anhelos.
Salmo 38:9. NVI.
Lectura: Salmo
38:5-10. Versículo del día: Salmo 38:9.
MEDITACIÓN DIARIA
La mayoría de comentarios
sobre este versículo lo tratan por el contexto de todo el Salmo y claro, así
es. David aquí habla de la carga que tenía por su pecado. Personalmente creo
que como cristianos la única esperanza la tenemos solo en nuestro Dios. El
Señor sabe todo lo que pediríamos, lo que queremos y que además de eso, necesitamos.
Ante todo, diría yo, necesitamos de su gracia y de su perdón. Dos regalos que
de hecho ya recibimos cuando le dijimos al Señor que tomara nuestras vidas para
Él.
Y saliéndome un poco de
este Salmo viene a mi mente otro versículo: “Que te conceda lo que tu corazón
desea; que haga que se cumplan todos tus planes” (Salmo 20:4). Por lo general
esto es lo que deseamos para nuestros más allegados; pero si lo uno, al del día
de hoy, puedo dejarlo muy personal. Me limitaré entonces, solamente a orarle a
mi Señor.
Señor mío y Dios
mío: Tú que lees hasta lo más profundo de mi ser y me conoces más que nadie,
entiendes mis anhelos. Permite que mis planes se cumplan y que estos ante todo
sean para engrandecer tu Nombre y exaltarte hasta lo sumo. De verdad que no
tengo nada; solo mi corazón que débilmente cae, pero estás a mi lado
recordándome precisamente que tu gracia y perdón están siempre ahí para
levantarme nuevamente y continuar. No tengo como darte las gracias por tanto
amor que me ofreces, mientras yo, como inerte voy a postrarme a tus pies. ¡Gracias
por amarme tanto mi Señor!
Un abrazo y bendiciones-
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