sábado, 11 de septiembre de 2021

Descansemos en las manos de Dios

No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. 

Filipenses 4:6. NVI.


Lectura: Filipenses 4:4-7.  Versículo del día: Filipenses 4:6.


MEDITACIÓN DIARIA


En este tiempo son muchas las situaciones que pueden inquietarnos y hacernos perder la paz. El solo hecho de mirar los noticieros, que entre otras, hablan más de lo mandado, ya nos puede dejar desanimados, con preocupaciones y con los nervios alterados. En mi caso, por lo menos, solo veo las noticias que llegan directamente al celular; hace varios meses que las dejé a un lado, precisamente porque llegué a la conclusión que no me dejaban nada positivo. Igual, trato lo menos posible de entrar a las redes sociales. El menosprecio y las iras que desbordan algunos en estos medios es de temer. Así que por lo menos yo, las evado en lo posible; me siento más tranquila mirando el panorama desde la barrera sin entrar al ruedo.

Pero bueno, como de todas maneras pueden llegarnos diversas situaciones bien sea por el lado familiar, económico o emocional, vamos a tomar el versículo del día. Hay que tener cabeza fría para saber enfrentar los problemas que se nos presenten, ponerlos en manos del Señor y darle gracias. Sí que me parece importante esa última parte. La Palabra versión Hispanoamericana (BLPH), agrega algo más expresivo: ‘con un corazón agradecido’. Y así es; porque si agradecemos solo por hablar, pero no lo estamos sintiendo de corazón, poco vale ese agradecimiento. Es que, si se nos olvida ser agradecidos con los que tenemos cerca, ¡cuánto más con Dios que no lo vemos! Recordemos que la alabanza cambia poderosamente el ritmo de nuestras peticiones y lógicamente el agradecer hace parte de ella. Como resultado de hacer como el Señor nos lo manda, obtendremos lo siguiente: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús” (v. 7 en la lectura). Descansemos entonces, en las manos de Dios.


Amado Señor: venimos ante Ti, cargados de incertidumbre, desconocimiento, falsas noticias, especulaciones e incluso falsas doctrinas que nos roban la paz. Señor Jesús, reclamamos tu paz que sobrepasa todo entendimiento para adueñarnos de ella y dejar a un lado todo lo que no sea para edificación nuestra. Te rogamos que esa paz proteja nuestros corazones y pensamientos en Ti. ¡Te amamos Señor!


Un abrazo y bendiciones.

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