Contigo podemos vencer cualquier situación

Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. 

Filipenses 4:12. NVI.

Lectura: Filipenses 4:8-20.  Versículo del día: Filipenses 4:12.

MEDITACIÓN DIARIA

Personalmente, puedo decir que he experimentado exactamente igual al apóstol Pablo. He sabido lo que es vivir en la abundancia como experimentar de un momento a otro la escasez. Ahí, entendí lo que dice la Palabra de Dios: “Si te fijas bien, verás que no hay riquezas; de pronto se van volando, como águilas, como si les hubieran salido alas” (Proverbios 23:5 DIOS HABLA HOY DHH).

Dice aquí Pablo lo siguiente: “Me alegro muchísimo en el Señor de que al fin hayan vuelto a interesarse en mí” (v. 10 en la lectura), y aclara que no es porque lo esté necesitando, pues él practica el contentamiento (estar bien en cualquier situación). Sin embargo, es bueno recordar a los fieles la importancia de no olvidar a los que nos ministran o presiden dentro de la Iglesia. Ellos están trabajando fielmente en la obra del Señor y merecen igual, su recompensa. “Pues la Escritura dice: No le pongas bozal al buey mientras esté trillando, y El trabajador merece que se le pague su salario” (1 Timoteo 5:18). Lo mejor es hacerlo todo, como el Señor lo manda. En este país he entendido lo que vale cualquier oficio, así sea el de colocar una puntilla. Y es que asimismo debe ser; entonces con mayor razón velemos también por quienes cuidan y alimentan nuestra área espiritual.

Amado Señor: gracias por tu enseñanza al darnos a conocer Pablo que ha sabido, entendido y vivido lo que es tener en abundancia como lo que es vivir con escasez. Señor, desde que te tengamos a Ti vamos a poder hacerlo sin dificultad alguna. Gracias por tu Santo Espíritu que nos da todo su fruto, para sortear estas situaciones. De la misma manera instrúyenos en saber valorar la obra de tus pastores y ministros del Evangelio, en pro de nuestras vidas. ¡Te amamos bendito Dios y Señor nuestro!

Un abrazo y bendiciones.