Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.
Efesios 6:11-12. NVI.
Lectura: Efesios 6:10-20. Versículos del día: Efesios 6:11-12.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor sabiendo a lo
que diariamente tenemos que enfrentarnos nos manda en su Palabra vivir armados
espiritualmente. Vivimos en un mundo gobernados por huestes malignas que pululan
por doquier. Aparentemente no las percibimos, pero basta con escuchar las
noticias para darnos cuenta de quién es el que está gobernando el mundo. Por
eso se nos manda mantenernos firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad (v.14a).
¿Quién es nuestra verdad? Jesús dijo ser la auténtica verdad (Juan 14:6).
Entonces, defendamos nuestra fe en el Señor Jesucristo como lo hemos aprendido
y recibido. Protegidos con la coraza de la justicia (v.14b en la lectura).
Igual, el Señor Jesús ya nos justificó porque nos redimió con su sangre; estamos
disfrutando ahora de su gracia. Entonces no nos dejemos llevar por teorías
falsas que nos desvían de ese regalo maravilloso que es el don de Dios dado a
cada uno (Efesios: 8-9). Y pongámonos
los zapatos de la salvación (v. 15), tal como se nos manda con la decisión de
cumplir la gran comisión ya que los tiempos cada vez son más malos (Mateo
28:19-20). El escudo de la fe (v.16); no dejemos apagar la fe; sin ella no
podemos agradar a Dios (Hebreos 11:6). El casco de la salvación (v.17a); el
casco también lo necesitamos cuando vamos a llevar el mensaje de las Buenas
Nuevas porque existe tanta conspiración que si no tenemos esta armadura nos
pueden romper nuestros pensamientos. Recordemos que el enemigo no se queda
quieto. Y la espada del Espíritu (v. 17b), que es la Palabra de Dios. Es con la
Palabra que podemos refutar y sentar nuestra posición como cristianos (2 Timoteo
3:16). Con ella se enseña, se reprende, se corrige y se muestra cómo vivir.
Definitivamente, sin esta
armadura no podemos enfrentarnos al mundo que nos rodea.
Amado Jesús:
Permite que tu Palabra sea una realidad en nuestra vida. Que siempre podamos
decir enfáticamente en quién hemos creído sin temor ninguno porque Tú Eres la
única verdad. Gracias porque por fe ya nos justificaste ante el Padre Celestial
y ahora podemos gozar del don divino de la salvación. Señor, que estas sean las
bases para ir hacia otros llevando tu mensaje de amor y reconciliación con la
humanidad. ¡Úsanos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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