Lo cierto es que ni siquiera sus hermanos creían en él. Por eso Jesús les dijo: para ustedes cualquier tiempo es bueno, pero el tiempo mío aún no ha llegado.
Juan 7:5-6. NVI.
Lectura: Juan 7:1-13. Versículos del día: Juan 7:5-6.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor Jesús no solamente se tuvo que enfrentar a los sacerdotes y maestros de la ley, sino que también a los de su propia familia. Se ve claramente que ellos no le creían. Jesús estaba más interesado en hacer la voluntad del Padre que en complacer a su familia (Mateo 12:47-50). Sin lugar a duda alguna, se cumple lo dicho por Él mismo: “En todas partes se honra un profeta, menos en su tierra y en su propia casa” (Mateo 13:57).
Por eso, no nos debería causar tristeza ni dolor el ser rechazados por los nuestros cuando conocemos al Señor y salimos de la tradición. Debemos tener claro que tendremos muchos opositores empezando por los de la propia familia. En estos casos, nos toca orar y orar actuando ante ellos con el mayor amor posible. De todas maneras, hay una promesa que se cumple: “Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos” (Hechos 16:31). Personalmente yo la he podido comprobar porque fue exactamente lo que pasó cuando me convertí al cristianismo; pero pude ver que mi madre, mi padre y tías han muerto con el Señor en su corazón. ¡Gloria a Dios!
Amado Jesús: hoy oramos especialmente por aquellos familiares que no creen en Ti como el Señor y Salvador de sus vidas. Los ponemos en tu presencia y te rogamos que sea a través de tu Santo Espíritu convenciéndolos de su error y llevándolos a tus pies. Gracias porque tu Palabra se cumple y por fe sabemos que ya te pertenecen. ¡Alabado sea tu Nombre!
Un abrazo y bendiciones.
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