lunes, 10 de febrero de 2020

Estoy en mi segundo tiempo

Y el Señor le dijo: Hasta por esos diez, no destruiré la ciudad. Cuando el Señor terminó de hablar con Abraham, se fue de allí; y Abraham regresó a su tienda de campaña. 
Génesis 18:32-33. NVI.

Lectura: Génesis 18:16-33.  Versículos del día: Génesis 18:32-33.

MEDITACIÓN DIARIA

Ayer el Señor estando en Bogotá, volvió a hablarme claramente no solo con la predicación sino en pequeños detalles, así como lo sabe hacer Él. Tengo que ser sincera y decir que espiritualmente de un tiempo para acá he venido en un letargo que mi Señor conoce profundamente. Sin embargo, sea en mi Iglesia de Broward o en Bogotá a la que asistí con mi familia, Él ha venido tocando mi corazón fuertemente. Desde cuando comenzó la alabanza empecé a sentir una unción del Espíritu y así como hace quince días en Plantation me quebranté, sucedió igual en ese lugar. Bastó también ver el abrazo que un sobrino le dio a otro sobrino demostrándole todo su amor, al verlo por primera vez en su iglesia, como para que el Señor me hablara y me dijera: ‘Dora, ¿vas a dejar todo esto que tú has ayudado a sembrar? Mira a tu alrededor, la familia que te acompaña ha sido fruto de tu oración y amor por ellos; pero también mira ¡cuántos faltan! No pude más; lloraba y lloraba quebrantada totalmente. Mi sobrinita Angelita, me rodeó con sus brazos y oró por mí. Ya un poco más calmada empezó la prédica y el nombre dado era el siguiente: ‘Las buenas noticias en medio de las malas noticias’. El Pastor hablaba sobre la situación no solo en Bogotá sino en todo Colombia y que él, al ver un noticiero llegó a pensar, (parafraseando yo): Señor, no, no tiene caso esta sociedad y la comparó con Sodoma y Gomorra. Fue entonces cuando el Señor le mostró hasta dónde llegaba su misericordia. Dijo algo que caló en lo profundo de mi corazón: ‘las cosas no terminan hasta que Dios dice que terminen’. Decía que estaba en su segundo tiempo y que era ahí precisamente donde se definía el partido. Este partido ya está ganado. Nadie puede terminar con la Iglesia y nuestra intercesión es muy importante en momentos como éstos.  
Sí, pueden llegar muchísimas malas noticias, pero el amor de Dios nunca se acaba. Mi Señor me dijo: puedes estar como estés, en el fondo, pero este partido lo ganamos nosotros. ¡Esa es para mí la buena noticia! Si yo te busqué, jamás te dejaré. Si yo morí por ti, no fue en vano. Entendí que también estoy en mi segundo tiempo y que en este caso no es Sodoma ni Gomorra, sino soy yo. He hablado con mi Señor y Él conoce perfectamente mi corazón y sabe mi posición. Solo les pido a todos ustedes sus oraciones por mí.

Mi Jesús: ¡Tú sabes cuánto te amo! Tú me conoces y sin siquiera pronunciar palabra, ya sabes qué te voy a decir. Toma nuevamente mi segundo tiempo y lléname del fruto de tu Espíritu para que salga avante en el partido que me pusiste a jugar. Nuevamente te digo que me devuelvas el gozo de la salvación y que un espíritu obediente me sostenga. Sí; ¡la obra en mí no ha terminado hasta que Tú no digas que termina! Gracias porque una vez más, me demuestras tu infinita misericordia. ¡Te amo mi Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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