Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo.
Filipenses 3:7. NVI.
Lectura: Filipenses 3:1-11. Versículo del día: Filipenses 3:7.
MEDITACIÓN DIARIA
Admiro a Pablo por su amor
incondicional para el Señor Jesucristo. Definitivamente, considero que a nosotros
nos falta mucho. Dios permita que muy pronto digamos: “Es más, todo lo
considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús,
mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a
Cristo y encontrarme unido a él” (vv. 8-9a). Personalmente tengo que reconocer
que me falta mucho todavía para decir con mente y corazón que no me importa
perderlo todo con tal de lograr conocer profundamente a Cristo y servirle a Él.
Definitivamente
para ganar con Dios, yo tengo que perder. Sí, así es. Bien profunda esta frase,
pero no puede ser de otro modo. O sea, hay que aprender a agachar la cabeza
para que Él se muestre erguido en nuestra vida. Hay que aprender a decir no a
tantas cosas que nos gustan y atraen del mundo para que sea Jesús el motivo de
nuestra existencia. Podrás verlo fácil, pero tengo que decirte que no lo es.
Renunciar a lo que amamos, a lo que nos gusta, quizá a lo que nos hace feliz, duele
y duele mucho. Sólo el Señor puede a través de su Santo Espíritu darnos el
dominio propio para ir dejando todo aquello que nos va alejando del amor por
Jesús el Salvador.
Amado
Señor: no queremos que el amor que decimos te profesamos sea un amor hipócrita.
Deseamos con todo el corazón amarte como lo mereces y siempre darte la
prelación primera que te corresponde. De lo contrario Señor, estamos fallando en
amarte por encima de todas las cosas cuando estamos anteponiendo otros gustos.
Enséñanos buen Jesús a entregarte todo nuestro ser (espíritu, alma, cuerpo), como
lo pides de parte nuestra y poder dejarlo todo por Ti. Gracias bendito Señor.
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario