martes, 15 de octubre de 2019

¡Si perezco, que perezca!


No te imagines que por estar en la casa del rey serás la única que escape con vida de entre todos los judíos. 
Ester: 3:13. NVI.

Lectura: Ester 3:1-17.  Versículo del día: Ester 3:13.

MEDITACIÓN DIARIA

Estas fueron las palabras que Mardoqueo le mandó decir a Ester, ante la excusa de ella de no poder presentarse ante el rey. La reina había dicho: “Todos los servidores del rey y el pueblo de las provincias del reino saben que, para cualquier hombre o mujer que, sin ser invitado por el rey, se acerque a él en el patio interior, hay una sola ley: la pena de muerte. La única excepción es que el rey, extendiendo su cetro de oro, le perdone la vida. En cuanto a mí, hace ya treinta días que el rey no me ha pedido presentarme ante él” (v. 11). Bueno, Ester al ver la reacción de Mardoqueo (v. 13), resuelve tomar cartas en el asunto y devuelve esta comunicación: “Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban, ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y, si perezco, que perezca!” (v. 16). ¡Hasta dónde cambió su percepción del asunto la reina Ester! “¡Y, si perezco, que perezca!”. Estuvo dispuesta a morir si fuera necesario.
Mujeres: nosotras jugamos un papel importante en la sociedad y debemos incluso salirnos del rol en el que nos encontramos e ir más allá. Que el ejemplo de Ester nos sirva como referendo y seamos exactamente como bien lo dice el capítulo 31 de Proverbios hablando de la mujer virtuosa. “Decidida se ciñe la cintura y se apresta para el trabajo”; “Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir” (Proverbios 31:17 y 25).

Amado Señor: bien sabemos que nos hiciste frágiles como vasos de cristal, pero también nos inundaste de fortaleza y sensibles al dolor. Permite que esas virtudes salgan a relucir cuando se nos necesita en medio de sociedades tan alejadas de Ti y en medio de un mundo caído. Haznos mujeres decididas hasta el punto de darlo todo porque te conozcan. Gracias por utilizarnos en tu obra bendito Señor. ¡Te alabamos y bendecimos tu Nombre!

Un abrazo y bendiciones.

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